Capítulo 2: hasta nunca viejo hogar

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Subo a mi habitación y al abrir la puerta veo toda mi ropa encima de la cama, y tres maletas en el suelo esperando para ser llenadas.

Me sienta mal que mi madre tenga tanta prisa para que me vaya, ¿es que no ha considerado que eso significa quedarse sin hija? Pero lo que más me duele es que justo haya tenido que ser en el día de mi cumpleaños.

- Hija, ¿ Todo listo?- oigo gritar a mi madre desde la cocina

- No mamá, apenas he empezado.

Me doy prisa en dejarlo todo listo para marchar. Lo llevo todo, mis fotos, mis libros, mis muñecos, todo.

Salgo de mi habitación para dejar las maletas en el pasillo y cuando vuelvo a entrar me cae el alma al suelo. Me siento en la cama para reanimarme. Sin mis cosas este lugar es muy frio, parece una triste habitación de hotel, sin cuidar, con los cuatro muebles básicos y alguno de más.

Quizás si que necesito un cambio de aires al fin y al cabo.

Bajo las escaleras como puedo con todas las maletas colgadas y veo un coche negro esperando en la entrada. Mi madre esta hablando con alguien a través de la ventanilla del conductor. Quien será? Puede ser Sophie? No creo viven muy lejos de aquí. Dudo que sea un taxi, para eso me podría llevar mi madre...

- Irina, mi amor - dice una voz extraña

Me giro y veo un rostro joven, una mujer de cabello oscuro y piel clara que me mira fijamente y analiza mi expresión.

- ¿Tía Sophie?

- Si cariño, soy yo. Cuanto tiempo sin vernos, ¡Que ilusión me hace volverte a ver!

- A mi también tía- digo con una sonrisa en la cara

Entonces se acerca y me da un pequeño achuchón.

- Tengo tantas cosas que contarte, y tantas sorpresas para ti... Tengo muchas ganas de que vivas con nosotros, Irina

- Y a mi, me apetecía volver cerca de la playa

- No perdamos más tiempo, tu tío Charles está esperando en el coche, pon las maletas en el maletero y siéntate donde quieras, te dejo elegir.

- No te preocupes, me sentaré detrás, Gracias por todo - digo y le doy un beso en la mejilla - no tardaré, solo tengo que ir a buscar una última cosa.

En realidad no me faltaba nada, simplemente quería despedirme de mi antigua casa antes de marchar. Estas habitaciones me traen muchos recuerdos, el baño, como me arreglaba para salir con mis amigas; el salón, las películas que miraba con mi madre; la cocina, los pasteles tan ricos que cocinábamos...

Bajo las escaleras de nuevo y me dirijo al coche, pero antes me despido de mi madre

- Mamá, sabes que te echare de menos ¿ verdad ?

- Claro cielo, lo sé, y lo siento mucho

- Puedo... ¿ pedirte algo?

- Sí, dime

-¿ tienes algún álbum de fotos de la familia? Me gustaría mucho poder llevármelo

- Creo que hay uno en el estudio, sube a buscarlo mientras me despido de tus tíos.

- Está bien, en seguida bajo.

Nada más entrar veo un libro abierto encima de la mesa, me acerco y por casualidad es el álbum que estaba buscando

-Perfecto -pienso al verlo

Me dirijo a la entrada de nuevo y esta vez si que me subo al coche. Mientras nos alejamos lentamente de mi casa veo a mi madre ondear su mano como señal de despedida desde la puerta. Al ver esta escena no puedo evitar que se me escape alguna que otra lágrima, aunque no quiero que Sophie se sienta culpable ni mucho menos.


Nuestra brisa marinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora