Capítulo 3: mi nuevo mundo

22 1 0
                                    

Tras una hora y media de trayecto, llegamos a la pequeña ciudad de costa donde habitan mis tíos.

- Irina, ¿estás bien? Llevas todo el viaje callada... - dice Charles preocupado

- Sí tío, estoy bien. Solo recordaba los momentos que pasé en esta ciudad.

- Cielo ya estamos llegando al hotel, verás como te encanta.

- ¿Hotel? Creí que teníais una casa, no hace falta que me paguéis una habitación - digo alarmada

- No no - dice riendo - somos los dueños de un hotel. Acordamos con tu madre que nos ayudarías con el mantenimiento en tu tiempo libre. ¿No te ha dicho nada?

-Pues ahora que lo comentas... No, no sabia nada.

¿En que diablos pensaba mi madre? ¡Como se le ocurre regalar mi tiempo libre sin apenas consultarme! Esta mujer me saca de quicio.

Llegamos al hotel y me instalo, deshago las maletas, y bajo al salón principal; donde me esperan mis tíos.

-Irina, a tu tío y a mi nos hace muy felices que estés aquí. Quiero que sepas que puedes pedir cualquier cosa, que la vas a tener.

-Muchísimas gracias tía Sophie, te estoy muy agradecida.

- ¿Quieres ir a dar una vuelta?

- ¡Por supuesto!

- Vamos - dice con una amplia sonrisa

Mi tía y yo paseamos cerca del mar, me muestra todas las novedades y progresos de la ciudad. La verdad es que con ella me siento bien, es la madre que nunca he tenido, se preocupa por mi como si fuera su propia hija.

Andamos un poco más y mi tía decide entrar en un pequeño bar, entre dos tiendas de ropa. Allí, me presenta a sus amigas, que dicen estar muy contentas de al fin conocerme, que mi tía les ha hablado mucho de mi. Como Sophie ninguna ha tenido nunca niños, y es normal que me traten con tanto cariño.

Al cabo de media hora de intensa conversación, decidimos regresar al hotel. Charles nos espera en la cocina, preparando un bizcocho de bienvenida.

- ¡Ooh muchas gracias! No hacia falta tío Charles. - digo felizmente

- Lo se, pero apetecía hacer alguna cosa para darle la bienvenida a mi sobrina favorita - dice con una sonrisa de oreja a oreja

- Cielo - dice Sophie - estoy segura que estas agotada, ¿quieres ir ya a tu cuarto? Me sabe mal que estés aquí si tienes sueño

- Si, gracias. Probablemente necesito descansar un poco, hoy a sido un día agotador, repleto de emociones y sentimientos varios

- Buenas noches, que descanses

- Buenas noches, igualmente. Hasta mañana.

Realmente no tengo nada de sueño, apenas son las diez de la noche. Simplemente necesito un poco de tiempo a solas para reflexionar un poco sobre todo lo que ha ocurrido hoy.


Nuestra brisa marinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora