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Punto de vista de Crawford.

— ¿Puedo ir al baño? — le pregunto al profesor interrumpiendo su estúpida clase. 

— Collins, usted sabe la respuesta. — contesta el profesor Smith acomodando sus gigantescos lentes.

Bufo y continuo escribiendo en mi carpeta. Odiaba historia con toda mi alma ¿De que va a servirme saber sobre los Romanos?, como que...

Mi celular vibró por segunda ves en el bolsillo de mi pantalón. Mierda, no quiero ni fijarme de quien serán esos mensajes. De seguro es la pesada de Lana. Y la tercera. Saco mi celular para encontrarme con un sinfín de mensajes de Lana Pills y  sin leerlos los borro. 

— Profesor, ¿puedo ir al baño? — pregunto por cuarta vez en la hora.

El profesor el cual arrastra la tiza en el pizarrón produciendo un chillido, deja de escribir y se gira sobre sus talones. 

— Señor Collins, por cuarta vez en la tarde, usted no puede salir del salón en horas de clases. — me contesta entre dientes.

Puse las manos en los  bolsillos de mi campera y me levanté de mí banco para comenzar a caminar en dirección a la puerta.

— Crawford, voy a anotarlo en el partediario. — amenaza. Río ligeramente y elevo los hombros.

— Haga lo que su corazón le mande. — suelto intentando no reír ya que mis compañeros lo hacían.

Salgo del salón ignorando lo que me dice el profesor y comienzo a caminar por los pasillos vacíos del colegio.

Me detengo en seco al escuchar unos pasos provenientes de alguno de los pasillos. Una sonrisa apareció en mi rostro al ver que Ami Sanders aparecía por uno de los pasillos llevando muchos libros.  Nunca desaprovecharía las oportunidades de molestarla.

— Nena. — la llamo en forma de burla.

— Agh. — suelta en cuanto se da cuenta que era yo el que la llamaba.

— ¿Me extrañaste?, digo, desde el martes no pisaba este infierno. — digo mientras troto un poco para ponerme a sus par.

— Crawford, esos fueron los dos días más felices de mi puta vida. — me contesta cortante.

Ella era así, con todos era un pan de Dios y conmigo era cómo un cuchillo el cual no perdía la oportunidad de cortarme. Desde que tengo memoria siempre nos hemos molestado, ¿por qué? Por nuestros caracteres. Si, somos como polos opuestos.

— No, se que me extrañaste. — le quito varios libros y ella suelta un suspiro.

— Deja eso que por ahí lo rompes, inútil.— dice casi como un gruñido.

— Tampoco la pavada. — río un poco y le devuelvo los libros. — Arreglate sola, Sanders. — vuelvo a reír para molestarle un poco más.

— Sos más pesado que tractor a pedal, ¿sabes? — bufa intentado no reír pero no lo logra. Reí con ella y nuevamente le quito los libros para ayudarla.

Aunque no nos llevemos bien, voy a ayudarle con los libros ya que apena puede con ellos y son bastante pesados.

— Te ayudo porque soy caballero. — digo mientras acomodaba los libros debajo de mis dos brazos.

— Caballo, sos un caballo. — me "corrige".

— Anda. — suelto juntando las cejas.

Ella ríe de forma ruidosa pero cuando se da cuenta, calla y agacha la cabeza.

Pero... ¿por qué siempre tiene que ser tan "correcta"?, de seguro es como la hijita que nunca rompió un plato y siempre sigue las reglas.

Noto que ya habíamos llegado a la biblioteca. Ella abre la puerta y ambos entramos.

— Acá están los libros. —  Ami le dice a la bibliotecaria.

La bibliotecaria le sonríe a Ami y esta igual. Sigo a Ami por los pasillos que habían entre los estantes llenos de libros, el paraíso para los que leen... supongo, no voy a llamarlos raros porque no lo son pero los tipos que están jugando con las cartas de Bakugan si parecen ser raros.

— Collins. — Ami me llama.

— ¿Qué? — le pregunto.

— Los libros, adefesio. — susurra riendo entre dientes.

— Tu hermana. — nuevamente mi ceño se frunce mientras me agacho para dejar los libros junto a los demás.

Ríe. — No tengo hermana. — me dice en forma burlona.

— Ya se. — digo entre dientes al recordar que ella tiene cuatro hermanos hombres.

Ambos salimos de la biblioteca y comenzamos a caminar rumbo a su salón que estaba cerca a la salida.

— Gracias, supongo. — dice en cuanto comenzamos a llegar a su salón.

— De nada, pero no le vayas a decir a nadie que te ayude.

— Ugh a nadie.

— Nos vemos. — le guiño un ojo y ella pone los suyos en blanco. — Nena.

— No se puede con vos. — niega y se mete a su salón con una ligera sonrisa en su rostro.

¿Por qué la ayude?, se supone que ella no me agrada y yo no le agrado. Bueno, la ayude porque llevaba muchos libros y mi madre me educó de esa forma. "Ayuda a los que lo necesitan", me dice cada vez que puede y esa frase esta grabada en mi mente, como si me hubieran insertado un chip en mi cerebro o que se yo.

Alguien me chifla, me giro sobre mis talones y veo a Grayson y Ethan Dolan junto a Jack Michells parados en la puerta.

Me acerco a ellos y en grupo nos dirigimos hacia las gradas al aire libre. Hablábamos de distintas estupideces mientras fumábamos un poco. (Imagínense que los chicos fuman)

— ¿Ahora vendes marihuana? — me pregunta Jack de la nada cambiando el tema.

— Solo esa vez, necesitaba la plata. — le digo mientras me encojo de hombros.

— Hay otras formas. — dice Ethan sin darle mucha importancia mientras suela el humo del cigarrillo por la boca.

— No voy a cogerme a mujeres necesitadas y necesitaba la plata para pagarle a los estúpidos de la pandillita esa. — le contesto bruscamente.

— Ja, ¿se imaginan a Crawford de gigoló? — ríe Jack.

— Hay que estar muy desesperado de plata para cojer con una necesitada. — ríe Grayson sumándose a la conversación.

— ¿Ya les pagaste? — me pregunta Ethan ignorando al par de Marías Rionas.

— No, me faltan $1000 pero los consigo para la otra semana. — digo. — Aunque ya me andan buscando. — elevo un poco los hombros.

— Sabes que son como un grano en el culo, un grano que tiene pistola y puede balearte si se le antoja. — dice mientras me mira por el rabillo del ojo.

— Aunque el grano tenga pistola yo también tengo a mi bebé abajo del asiento de mi camioneta. — sonrió un poco (me refería a mi pistola legal).

— Porque hablaban de granos. — dice Jack mientras tiraba su cigarrillo al suelo y lo pisaba.

Los cuatro reímos y continuamos hablando de puras estupideces, aunque a veces nos poníamos serios y opinábamos sobre preguntas de la vida.

"De seguro van a romperme las pelotas en la joda (fiesta) de Shane, saben que voy a ir yo", me digo a mi mismo. Me conozco, voy a salvar mi culo de alguna manera... eso espero...

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Bueno, acá el primer capítulo ^-^ 

Votos(? :)




BAD - Crawford Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora