prólogo

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No estás consciente de lo que estás haciendo. Venimos de un pre, tomaste mucho y tengo miedo por vos. Te lo pido por favor, respirá hondo, bajá el arma y hablemos bien de todo esto, no hace falta que hagas algo de lo que te vayas a arrepentir. En serio. Te entiendo, yo también tengo una vida de mierda y más de una vez quise estar en el mismo lugar que vos, pero hay cosas más importantes. Pensá en toda la gente que te quiere... ¡No es así, no te mientas! ¿Vos te das una idea de lo que nos importás a todos en la tribu? ¿De lo que me importás a mí? Yo me muero si a vos te llega a pasar algo... Te lo estoy diciendo muy en serio. Vos llegás a matarte y me mato atrás tuyo, no me importa nada. ¿Sabés por qué? Porque te amo. Sí, así como lo escuchás. Y sé que no soy la única persona en el mundo que te ama. Tus hermanas, tus amigos, tus viejos... todos te aman a su manera, aunque no puedan demostrártelo todos los días. Nunca te sientas menos porque sos más, más de lo que cualquier persona puede esperar de alguien. Ellos no se dan cuenta, piensan que están haciendo lo mejor para vos. No saben lo mal que te pone lo mucho que te presionan y no lo van a saber si no lo hablás con ellos. No sos perfecta, ¿y? ¿Qué tiene? ¿Tus viejos son perfectos? ¿Tus hermanas son perfectas? ¿Bruno es perfecto? Por favor, bajá el arma. No me creas si no querés, pero sos importante para nosotros. Sos una gran amiga, una excelente persona, no te hagas esto. Sos lo mejor que me pasó en la vida. Llorá, no te escondas. Yo también estoy llorando.

Vení, dejá esa arma en el piso y hablemos, por favor. Por favor.

Por favor...

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