Sigo corriendo con todas mis fuerzas, intentando llegar a la zona segura del distrito. No se si llegaré a tiempo; estoy sangrando demasiado y comienzo a flaquear.
Cuando consigo vislumbrar la alambrada sonrío sin ganas, y corro con mi último aliento hacía ella. Me arrastro como puedo y logro atravesar el perímetro del distrito, dejando atrás a esos tres perros salvajes.
Me duele todo el cuerpo y los párpados me pesan, aun así, los abro y una luz tenue me deja ver claramente la cara sudorosa y llena de arrugas de Ana, la curandera del pueblo. Oficio que comparte con su marido Rafael y su hija Denisse.
Los músculos del cuerpo no se mueven, se encuentran inertes y ni me esfuerzo en intentar moverlos, ya que se que me produciría un dolor importante. La larga carrera por el bosque y los afilados colmillos de aquellos lobos han dejado mi cuerpo temporalmente inútil. Así que me concentro en escuchar las indicaciones de Ana a su hija la cual es muy amiga mía.
Ana- ¿cómo te has hecho eso joven?-
Como si no esperase respuesta, rocía un chorro de alcohol sobre una enorme herida en mi brazo izquierdo.
Al instante, muestro una mueca de dolor y consigo articular palabra.
Iker- Estaba recolectando en la zona del bosque cercana a la verja, cuando unos chuchos piojosos me atacaron-
Me reí levemente por mi comentario sobre el canino cuando volví a gemir al sentir otro poco de alcohol tocar mi piel.Al cabo de unas horas el brazo estaba totalmente vendado y la pierna desinfectada. Me incorporé sobre la cama en la que me encontraba, me coloqué la camiseta blanca y negra que llevaba antes y me puse una chaqueta de cuadros roja encima para mantener al suave frío de principios de primavera lejos de mí.
Denisse- En unos días se te habrá curado totalmente, ten más cuidado la próxima vez hombre.- Esbozó una sonrisa que yo devolví mientras me levantaba por completo y comenzaba a dar unos pasos hacía la puerta.
Iker- Claro, sabes que siempre tengo cuidado mujer. Además sabes que estoy hecho un toro- Dije con tono gracioso haciendo el gesto de sacar músculo del brazo sano que tenía.
Denisse- Oye he quedado con Joseda para comprar unas cosas,
¿Te apuntas?- Dijo mi amiga a la vez que agarraba una bolsa vieja y desteñida del perchero.
Iker- No creo que esté como para dar paseos, me iré a casa a descansar y en unos días estaré como nuevo, pero gracias igualmente-.Abro la puerta de madera y entro a casa para ver a mi madre y mi
hermana, quitandole la piel a un conejo que atrapé ayer gracias a una trampa que coloqué cerca de casa, que está situada cerca de la alambrada del distrito.Entro a mi habitación sin decir absolutamente nada, comienzo a quitarme la ropa y me miro en el espejo para ver como ha quedado mi cuerpo después del ataque. Soy un chico moreno de ojos miel, 1'80 de altura y un cuerpo con cierto grado de musculatura gracias a las largas jornadas de cortar árboles. Distrito 7, árboles, madera...
Mi familia y yo somos de la parte más pobre por lo que no conseguimos la comida suficiente de manera legal, por lo que me veo obligado a cazar en el bosque cercano a la casa.
Hace un par de años encontré un pequeño libro de mi padre que tenia escondido en el que se muestran diversas técnicas de caza y supervivencia. Yo me centré en las técnicas de caza ya que era lo que precisaba para mantener a mi familia. Mi hermana tan solo tiene 12 años y mi madre ya alcanza los 50 por lo que esa responsabilidad recae sobre mi.
Me meto en la cama agotado e intento conciliar el sueño cuando de pronto y sin aviso, una aterradora imagen viene a mi mente. Dentro de tan sólo una semana comenzarán los vigésimo quintos juegos del hambre.
Hola a los pocos que lleguen a leer la historia xd, solo escribo esta pequeña anotación para aclarar que es la primera vez que escribo algo, iré subiendo capítulos de forma irregular y espero que os guste mucho.
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Los Juegos del Hambre
Fiksi PenggemarEn esta precuela de la conocida saga, se cuenta la historia de cinco chicos del distrito 7, que deben buscarse la vida en una época oscura donde una vida humana vale lo mismo que unas bolsas de comida. Con el primer vasallaje a la vuelta de la esqui...