CAPÍTULO 1: IKER.

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Sigo corriendo con todas mis fuerzas, intentando llegar a la zona segura del distrito. No se si llegaré a tiempo; estoy sangrando demasiado y comienzo a flaquear.

Cuando consigo vislumbrar la alambrada sonrío sin ganas, y corro con mi último aliento hacía ella. Me arrastro como puedo y logro atravesar el perímetro del distrito, dejando atrás a esos tres perros salvajes.

Me duele todo el cuerpo y los párpados me pesan, aun así, los abro y una luz tenue me deja ver claramente la cara sudorosa y llena de arrugas de Ana, la curandera del pueblo. Oficio que comparte con su marido Rafael y su hija Denisse.

Los músculos del cuerpo no se mueven, se encuentran inertes y ni me esfuerzo en intentar moverlos, ya que se que me produciría un dolor importante. La larga carrera por el bosque y los afilados colmillos de aquellos lobos han dejado mi cuerpo temporalmente inútil. Así que me concentro en escuchar las indicaciones de Ana a su hija la cual es muy amiga mía.
Ana- ¿cómo te has hecho eso joven?-
Como si no esperase respuesta, rocía un chorro de alcohol sobre una enorme herida en mi brazo izquierdo.
Al instante, muestro una mueca de dolor y consigo articular palabra.
Iker- Estaba recolectando en la zona del bosque cercana a la verja, cuando unos chuchos piojosos me atacaron-
Me reí levemente por mi comentario sobre el canino cuando volví a gemir al sentir otro poco de alcohol tocar mi piel.

Al cabo de unas horas el brazo estaba totalmente vendado y la pierna desinfectada. Me incorporé sobre la cama en la que me encontraba, me coloqué la camiseta blanca y negra que llevaba antes y me puse una chaqueta de cuadros roja encima para mantener al suave frío de principios de primavera lejos de mí.
Denisse- En unos días se te habrá curado totalmente, ten más cuidado la próxima vez hombre.- Esbozó una sonrisa que yo devolví mientras me levantaba por completo y comenzaba a dar unos pasos hacía la puerta.
Iker- Claro, sabes que siempre tengo cuidado mujer. Además sabes que estoy hecho un toro- Dije con tono gracioso haciendo el gesto de sacar músculo del brazo sano que tenía.
Denisse- Oye he quedado con Joseda para comprar unas cosas,
¿Te apuntas?- Dijo mi amiga a la vez que agarraba una bolsa vieja y desteñida del perchero.
Iker- No creo que esté como para dar paseos, me iré a casa a descansar y en unos días estaré como nuevo, pero gracias igualmente-.

Abro la puerta de madera y entro a casa para ver a mi madre y mi
hermana, quitandole la piel a un conejo que atrapé ayer gracias a una trampa que coloqué cerca de casa, que está situada cerca de la alambrada del distrito.

Entro a mi habitación sin decir absolutamente nada, comienzo a quitarme la ropa y me miro en el espejo para ver como ha quedado mi cuerpo después del ataque. Soy un chico moreno de ojos miel, 1'80 de altura y un cuerpo con cierto grado de musculatura gracias a las largas jornadas de cortar árboles. Distrito 7, árboles, madera...

Mi familia y yo somos de la parte más pobre por lo que no conseguimos la comida suficiente de manera legal, por lo que me veo obligado a cazar en el bosque cercano a la casa.

Hace un par de años encontré un pequeño libro de mi padre que tenia escondido en el que se muestran diversas técnicas de caza y supervivencia. Yo me centré en las técnicas de caza ya que era lo que precisaba para mantener a mi familia. Mi hermana tan solo tiene 12 años y mi madre ya alcanza los 50 por lo que esa responsabilidad recae sobre mi.

Me meto en la cama agotado e intento conciliar el sueño cuando de pronto y sin aviso, una aterradora imagen viene a mi mente. Dentro de tan sólo una semana comenzarán los vigésimo quintos juegos del hambre.

Hola a los pocos que lleguen a leer la historia xd, solo escribo esta pequeña anotación para aclarar que es la primera vez que escribo algo, iré subiendo capítulos de forma irregular y espero que os guste mucho.

Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora