Capitulo XI

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Hey, antes de que pasean a leer la historia les vengo a dejar un pequeño aviso que les podria interesar. Si visitan la cuenta Reidxjareau encontraran one shots de Mentes criminales, al igual que un nuevo fanfic Jeid/Jpencer, como quieran llamarle. La cuenta es mía y estará dedicada a obras sobre la serie, incluyendo sus personajes y actores, y a otras historias random de otros famosos. Bueno, solo era eso. ¡Los amo! <3

Recorrimos un par de calles hasta llegar a la cafetería donde nos habíamos sentado la primera vez. Spencer sostuvo mi mano hasta el instante en que entramos en el acogedor y cálido local. Me gustaba el hecho de que fingiéramos que él no me había traído de la mano durante todo el camino.

Entramos en la cafetería, dirigiendo nuestros pasos hasta la misma mesa de la vez anterior.

-Hace frio –comente frotando mis manos.

-Con el café entraras en calor.

Nos sentamos uno frente al otro, esperando por nuestros cafés. Cada vez sentía que nuestra amistad con leves tintes románticos iba creciendo a paso lento rápido, no sabía si eso era bueno o era malo, pero estaba sucediendo y estaba agradecida de eso.

Minutos más tarde, la camarera nos trajo nuestros cafés, añadiendo un notorio coqueteo a Spencer.

-¿Necesitas algo más, guapo? –pregunto la rubia camarera mientras mascaba chicle.

Spencer se sonrojo y fue atacado por los nervios.

-No, gracias. –respondió extendiendo su mano por encima de la mesa hasta tomar la mía.

La chica me miro con desagrado y odio en cuanto Spencer entrelazo sus dedos con los míos, a lo que yo no pude responder más que con una sonrisa triunfante. La rubia giro dándonos la espalda para volver a su lugar moviendo sus caderas tratando de llamar la atención de Spence, cosa que no resulto, porque él me miraba aun medio sonrojado.

-Que atrevida –comente dándole un sorbo a mi café con chocolate.

-Me han dicho cosas peores. –admitió él con cierta vergüenza.

-¿Peores? ¿Cómo cuáles?

-No voy a decírtelas, porque son irreproducibles –rio él.

-Bueno, es comprensible que te digan halagos.

Lo anterior salió de mi boca, en vez de quedarse en mi cabeza. Spencer me miro sonriéndome con cierta timidez.

Mis mejillas se enrojecieron de inmediato bajo su atenta mirada.

-¿De verdad crees eso? –pregunto alzando una ceja.

Díganle que no haga eso, porque me enamora.

-¿Qué sí creo que?

Mi intento de hacerme la desentendida no funciono, él no era idiota, ni yo tan buena para mentir.

Spencer se me quedo mirando, como si no pudiera hacerme la pregunta de que si creía que él era guapo. Y realmente si lo creía, bueno ¿Quién no? Pero no iba a decírselo así nada más, prefería guardarme la extensa lista de cumplidos para otro momento.

Nos quedamos en silencio, él no iba a preguntar, ni yo iba a responder, y tampoco era necesario insistir.

-*-

-Gracias por aceptar mi invitación. Aunque te hayas asustado con la película.

-Serás el culpable si tengo pesadillas. –bromee riendo.

Ambas volvíamos a caminar por la calle a paso lento, Spencer traía otro café en su mano al igual que yo.

-Casi es de madrugada.

-Lo sé.

-Me gustaba pasar tiempo contigo.

-A mí también.

Nuevamente su mano volvió a sostener la mía, y volvíamos hacer como si nada pasara y como si fuera lo más normal del mundo.

-¿Nos vemos mañana?

-Siempre nos vemos en la unidad. –dijo haciendo notar lo obvio.

-Sí, lo sé. –rio él. –Pero pensaba que si no hay caso, podríamos volver a salir.

Una sonrisa se formó en mi rostro, y me detuve para mirarlo.

-¿Estas invitándome a salir, otra vez?

-Sí, yo ah... si no quieres o estas ocupada...

-Sí, claro que quiero. –me apresure a decir. –Es solo que...

Me quede en silencio sin saber que decir exactamente.

-¿Solo que...?

-Nada, solo ignórame. –dije con un suspiro. –Creo que es mejor que vayamos a casa.

Intente avanzar, pero Spencer no lo hizo. Nuestras manos seguían unidas por lo que me hizo retorcer al haber dado solo tres pasos haciendo que chocar contra el fuera inevitable.

-No quiero. –susurro atrapándome entre sus brazos en un sorpresivo abrazo.

Mi cuerpo entero se congelo entre sus brazos, pero solo me limite a quedarme quieta, a sentir su calor en la fría casi madrugada.

Apoye mi cabeza en su pecho, un poco después, volviendo a sentir su agradable aroma.

-No quiero separarme de ti. –volvió a susurrar haciendo que me derrita por completo.

Despacio me libere de su abrazo por solo unos segundos para poder abrazarle de vuelta. Rodee su cuello con mis brazos, haciendo que el abrazara mi cuerpo de mejor manera.

Escondí mi rostro en su cuello, acariciándolo con cuidado con la punta de mi nariz. Sentí como si me fuera a faltar el aire, pero era solo mi corazón acelerándose como un loco.

-Quédate conmigo esta noche.

Mi nariz recorrió su cuello hasta llegar a su barbilla, para luego mirarlo a los ojos. Spencer era más alto que yo, por lo que tenía que inclinarse un poco hacia abajo para verme. Alice, eres un maldito minion al lado de él.

Sus manos estaban en mi cintura, acariciándola suavemente, mientras que las mías acariciaban y despeinaban un poco su cabello.

-No te vayas. –susurro acercándose peligrosamente a mi boca.

-No me iré. –respondí con cierta dificultad. –Spence...

Mi voz se vio eclipsada por el tímido y tierno beso de él. Mi corazón se detuvo y mis manos temblaron, pero no puede hacer más que aferrarme a él.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2015 ⏰

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