Pistas

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Salí de la biblioteca pero esta vez no cogí un taxi, me monté en un bus. El trayecto solo duró  unos minutos pero a mi se me hizo eterno. Cuando llegué a High Street busqué  la tienda y  pensé que sería más fácil encontrarla mirando el número en el libro. Abrí la mochila y del libro solo quedaba una única página, en la que se encontraba la tienda de pesca de Fisherman's.

Me puse delante de Fisherman's y observé que en la caña de pescar  del escaparate se encontraba una hoja que parecía pertenecer al libro que tenía en la mochila. La cogí y en ella decía otra nueva dirección: Oxford Street. La hoja estaba algo rasgada pero en  ese momento solo tenía ojos para la firma que tenía la carta, me resultaba algo familiar. ¿Quien conocía que firma con un 8? Me concentré en la nueva dirección y como la calle quedaba cerca decidí ir andando.

 Ahí estaba. Oxford Street. La zona  comercial más grande de mi ciudad.                                           Empecé buscando en las tiendas de ropa  y acabé en la tienda de perfumería. Sabía que la siguiente pista podría estar en la librería pero  era lunes y estaba cerrada. Se estaba haciendo tarde a si que me fui  a casa. Volvería mañana.


A la mañana siguiente volví al centro comercial  de Oxford Street y antes pasé por Cofee's pero Fred, no estaba. Pregunté a los empleados y me dijeron que se había mudado. No me parecía raro porque Fred, el señor de 64 años mas amable que ha existido, no era la primera vez que se mudaba. Ese hombre era a la vez tan normal y tan misterioso...

El caso...

En la zona comercial de Oxford Street era donde estaba  la tercera pista y yo tenía que encontrarla. Como había dicho me dirigí a la librería, y pedí a Susan, la librera de 20 años, que me ayudara  a encontrar la siguiente pista. Después de mucho trabajo encontramos el papel en un libro de la biografía de Londres, en la página 30. La dirección de la pista siguiente me dejó helada: Tienda de mascotas  de Baker Street. Como estuviera en el collar de algún perro la tenía clara... Tan disgustada estaba que la hoja se me cayó al suelo y cuando la recogí estaba dada la vuelta. Parecía tener algo escrito y de repente me dí cuenta de que se trataba de un puzle. Uní las tres pistas y leí lo que decían por detrás:

"Si la tienda quieres encontrar... Seis pistas deberás buscar... y las páginas donde las hayas encontrado... deberás sumar al lado..."

 Ya no pude leer más. Tenía que llegar al final.

                                     


La tienda de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora