Capítulo II: La traición inesperada

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Ya era miércoles por la mañana cuando me desperté. Mi mamá se había dado cuenta que no estaba listo para ir a la universidad así que le dije que no asistiría.

- ¿Estás enfermo hijo? ¿Te pasa algo? - Decía mamá preocupada por mí.

- No mamá, es solo que... no me siento en condiciones de ir a la universidad. Solo quiero descansar y quedarme acá en casa.

- Está bien, hijo. Si me necesitas, estaré en la cocina.

- Tranquila mamá, lo que ahora necesito es mucho descanso y estar solo.

Mi mamá salió de mi habitación bajando las escaleras mientras yo me quedaba aun pensativo en la cama. Yo, Andrés Linero Martínez, estudiante de la facultad de Ingeniería Electrónica de una de las más prestigiosas universidades existentes en Colombia fui engañado. Es que no podía creerlo aun, el día anterior me había levantado anímicamente, sonriente tal como era mi carácter. Pero después de lo que vi, no me sentía igual.

Mi amor vamos, quiero que me acompañes a comprar algo, ¿sí? por favor caramelito.

Pero bebé, ¿no crees que ya has visto suficiente de lo mismo? Además, debemos apurarnos para llegar a casa. 

Solo serán unos pocos minutos, mi vida. Anda, no seas malito y dime que sí.

Está bien, mi vida. Vamos, pero esta vez que no nos tardemos mucho ya que no quiero que mis padres anden preocupados por mí.

Te prometo que esta vez no tardaré, solo acompáñame - Me decía ella cada vez más emocionada.

Ella me tomó del brazo apegando su cabeza a él mientras yo sonreía y caminaba con ella. Parecíamos muy unidos el uno al otro y todo marchaba bien hasta que me encontré con David.

- ¡Hey! ¡Hola David!

- Hola Andrés, ¿andas de planes?

- Sí, pero debo acompañar a Amanda a comprar unas cosas. 

- Sí, así como mi caramelito dice, jajaja. ¿Vienes con nosotros David?

- Por supuesto que sí. No tengo nada que hacer así que puedo acompañarlos sin ningún problema.

- ¿Ah, sí? ¿Y estudiaste para el examen de mañana? 

- Sí, este... está refácil. Es algo que ya me sé.

- Jajaja, claro, eso dices y luego te demoras un buen tiempo para entregar.

- No, no esta vez - Dijo David sonriendo mientras nos acompañaba.

Así, seguimos caminando hacia el centro comercial para comprar aquel objeto que Amanda quería el cuál yo no sabía qué era hasta que entramos a una tienda de ropas en la que había muchas cosas a la moda.

- ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡TODO ES LINDO! ¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH! 

- Amanda, por favor no grites así amor. ¿Qué pensarán todos?

- ¡ES QUE TODO ESTÁ TAN LINDO! ¡TODO A LA MODA! ¡TODO IN! ¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! 

- Jajaja, al parecer tienes una novia gritona Andrés.

- David y eso que aun no la conoces bien, es la mujer que amo.

Acercándome a Amanda para abrazarla la besé y ella dejó de gritar correspondiendo con el beso mientras nos mirábamos sonrojados.

- Te amo, Ammy.

- Te amo Andy, eres el mejor chico que ha llegado a mi vida. Te amo, te amo.

Entramos y Amanda se probó todo tipo de vestidos hasta que sentí hambre.

- ¿Quieren algo de comer ,chicos?

- Sí, por favor Andrés quiero una hamburguesa con papas y soda de manzana, por favor.

- ¿Y tú amor mío? ¿Qué quieres comer?

- Ya tú sabes lo que me encanta mi vida - Sonriendo - Me gustan mucho los postres, cielo.

- Sí, eso ya lo sé. Sé lo mucho que te encantan. Bueno, espérenme acá sí. No me tardo.

- Vuelve pronto, bebé. Nosotros seguiremos buscando tiendas si no encuentro acá lo que me gusta, ¿sí?

- Está bien - Le dije mientras besé su mejilla.

Fui a comprar los pedidos de cada uno mientras dejé a Amanda con David en la tienda de ropa. La verdad habían algunas personas antes de mí por lo que me tocó esperar casi una hora para que tomaran mis pedidos. Ya con todo, me dispuse a buscar a mi novia y a mi mejor amigo en la misma tienda dónde estábamos pero no los vi allí a ninguno de los dos.

Recorrí  las tiendas que quedaban abiertas en el centro comercial sin encontrarlos y me dí cuenta de que muchas ya comenzaban a cerrar. Sin encontrarlos dentro del lugar, de pronto se me dio por salir y en ese instante vi lo que jamás pensé que vería... Encontrar a mi novia besándose con mi mejor amigo.

- ¡Pero qué diablos pasa acá! - Dije dejando caer todo.

- ¡Amor, mira...! N-No es lo que imaginas... P-Puedo explicarlo.

- ¡NO! 

- Andrés, cálmate... amigo esto no es lo que tú...

- ¿No es lo que yo qué? ¿Acaso es esto lo que hacían mientras fui a buscar la comida para los tres? ¡BESUQUEARSE! ¡AMANDA NO ESPERÉ ESTO DE TÍ!

Estaba alterado, furioso y decepcionado por lo que vi a tal punto que quise agredir a David pero Amanda se interpuso.

- David, debemos decirle la verdad.

- ¿DE QUÉ VERDAD ME HABLAS, AMANDA?

- Andrés, creo que ya debes saberlo. Amigo, perdóname.

- ¿Cuál verdad? ¡No entiendo nada! - Dije consternado por lo que vi.

- Amanda y yo somos novios... desde hace dos meses.

- Mirándolos a los dos - N-No... ¿Es una broma verdad? ¡ES UNA MALDITA BROMA!

- Andrés, no lo es - Dijo Amanda con mirada seria - Ya me cansé de mentir - Llorando -

- Amigo, perdón...

- ¿Perdón? ¿Pides perdón? ¿Pides perdón después de esto? ¡ERES UN DESGRACIADO!

Sin pensarlo dos veces le dí un puñetazo a David en su mejilla derecha haciéndolo caer al suelo.

- David, ¡David amor! ¿Estás bien?

- ¡Quédate con tu estúpido novio! ¡Al final yo quedé como un imbécil!

- ¡Andrés! ¡Espera! 

Amanda trató de detenerme tocándome del hombro pero yo le quité su mano y salí corriendo del lugar rumbo a mi casa.

Vaya recuerdo amargo el de ayer, después de eso es cómo llegué acá. Por ahora, es mejor quedarme acá en casa y pensar sobre lo sucedido. No tengo hoy ganas de salir. - Pensaba.


El romance de septiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora