More that a headache. [KaiSoo/ChanBaek.]

Capítulo 5: "BaekHyun."

Narra Baek.

No podía estar más cansado, después de todo lo que tuve que hacer ayer en el trabajo, y además de eso soportar que KyungSoo estuviera nervioso y el desgraciado no lo aceptara. ¿Por qué es mi mejor amigo? Ah, sí. Siempre ha estado ahí cuando lo necesito.

Soportarlo durante todos estos años no ha sido nada. Bueno sí... Pero él ha hecho muchísimo por mí, me ha cuidado y me trata como un hermano desde que nos conocimos después de todo ese infierno que vivimos. Pero el de KyungSoo... Él sufrió mucho más que yo. Que cualquiera de los que estuvimos ahí. Por esa razón, mi amigo con ojos protuberantes es tan raro. Puede ser muy tímido a veces, pero en realidad es la cosa más fría que existe con muchos. Excepto conmigo, BaekHyun. Sí, soy especial, me lo merezco.

Hoy no he visto a KyungSoo, y me toca por esas cosas de la vida, estar con uno de los nuevos. Sí, el gigante con orejas de elfo. Al parecer, debemos infiltrarnos en no sé dónde mierda, para hacer no sé qué mierda. Más mierda, popo y todo eso etcétera, etcétera.

Odio cuando no me explican bien las misiones, lo detesto. ¡Estúpido gordo! Tenemos que estar informados, no puede ser así. ¿Qué pasaría si mi cabello se arruina en el camino? No soy tan cruel como Soo, pero si te metes con mi cabello te mato. Los mato, a todos he dicho.

—Oye... —ChanYeol tocó mi hombro.

—¿Qué?

—Eres... ¿Baek?

—Profesor Byun para ti, amigo.

—¿Profesor?

—Sí, ya sabes con todo esto de que son nuevos y eso. Merezco respeto.

—Demente.

Admito que el chico era lindo, pero decirme demente... ¿Está cagado de la cabeza? El muy...

—Estúpido.

Oh, creo que lo dije en voz alta.

—¿Disculpa?

—Disculpa aceptada, no hay problema. —Sonreí y caminé un poco, mirando hacia todos lados.

—Ahm, ¿qué haces?

Preguntó el orejón con cara de confusión cuando me estaba colocando unos guates en mis manos. Estábamos en la misión, y había que comenzar a hacerla. Nos encontrábamos afuera de una casa, la cual debíamos investigar. Coloqué una de mis manos sobre el vidrio de la ventana, y con la otra mano, sujeté una especie de aparato sobre el vidrio también. De la nada, el vidrio desapareció, dejando al chico gigante con los ojos muy abiertos. No pude evitar morirme de la risa, este no conocía la tecnología que está de onda.