More that a headache. [KaiSoo/ChanBaek.]

Capítulo 6: "Mientras Baekhyun no estaba..."

Narra KyungSoo.

Busqué a Baekhyun por todo el maldito edificio y no lo encontré. Por lo que sé, le tocaba estar con ChanYeol en una misión y eso era totalmente riesgoso. Estamos hablando de Baek, puede ser muy serio a veces, pero es una diva y un hablador de primera. Lo digo por experiencia y años de misiones con ese estúpido. Ah, como amo a mi mejor amigo.

Bueno, ya no me iba a estresar más con buscarlo. Tal vez ya estaban en la misión con el gigantón. Suspiré y caminé hasta mi oficina, debía ver si había alguna cosa que revisar o algo por el estilo. Al abrir la puerta, fruncí mi entrecejo y abrí un poco mis labios en sorpresa. En el sillón estaba durmiendo JongIn, tapando la mitad de su rostro con la palma de su mano derecha, solo llegando a mostrar sus ojos. Me sonrojé, ni idea por qué, pero mi rostro estaba totalmente caliente. Caminé lo más lento que pude hasta donde estaba él. Un paso, tras otro. Lo más extremadamente lento posible. Respiré un poco y me senté en el suelo justo en frente del chico moreno. Su pecho no hacía más que subir y bajar, subir y bajar.

No quería despertarlo, pero de verdad que tengo que preguntarle muchas cosas. Como por ejemplo, que hace durmiendo el idiota tan lindo y relajado en mí oficina. Mía. De nadie más. Aun así, puedo odiarlo demasiado por estar durmiendo en mi sillón, a la única persona que la he dejado dormir ahí fue a BaekHyun y sólo fue una vez porque tenía herida de bala.

Coloqué mi dedo índice sobre su pecho, un escalofrío recorrió parte de mí cuando su pecho subió. Dios esto es tan extraño para mí, cada segundo que pasaba al lado de él me hacía sentir... Raro. No entendía que mierda me pasaba, apenas conozco al desgraciado y ya me está haciendo sentir como una pequeña niña de cinco años indefensa. Esto no puede estar pasando.

Dejé mis emociones y sentimientos extraños de niña de lado, comenzando a hundir mi dedo índice sobre su pecho, de una forma nada amable. JongIn tosió un poco y se sentó en mi sillón, abriendo un poco sus ojos, totalmente adormilado.

Me mira, lo miro.

Él me sonríe.

Yo por otra parte, me levanto del suelo y le propino un pequeño golpe en su cabeza. Auch para él.

— ¿Por qué hiciste eso? —Preguntó el descarado.

—Estás en mi oficina, en mi sillón. No te quejes.

—Ah, sí. Perdón señor duende.

Lo golpeé otra vez, pero en su lindo rostro moreno que esta vez no quedó tan lindo.

—¡Lo siento, lo siento!

—Pensé que eras diferente Kai. El primer día te veías tan serio y pensé también que no me molestarías y...