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24 de Diciembre, 10 de la mañana.



Moví mis dedos alrededor del cartón del vaso de café para llevar que pedí. Mis guantes negros dificultaban que moviera bien los dedos. El establecimiento estaba cerrado, pero el frio se colaba por las rendijas de la puerta, mi bufanda gris, mi gorro beis con una bolita arriba, mis guantes negros y mi abrigo de esos tres colores no era lo suficiente como para aislarme de todo el frio, además tenía un jersey de lana negro, pero nada, seguía teniendo frío. Creo que ya me había acostumbrado a su calor cuando me abrazaba y ahora no la tenía a mi lado.

Levante mi vista y mire a la cola que había para pedir, ahí estaba Bea, por eso no estaba conmigo. Llegue antes y como me moría de frío, no la espere y pedí. Ya atendieron a Bea y a los minutos ella vino hacía mi. Llevaba un abrigo gris que le llegaba hasta las rodillas, un jean oscuro y unos zapatos de vestir grises, se había arreglado para ir a ver a su madre.

- ¿Sigues con frío? – me pregunta viniendo hacía mi y me rodea con su brazo.
- Un poco- sonreí.

No notaba mi nariz, mis mejillas estaban pálidas y mis labios algo morados, si, tenía un poco de frío. Me castañearon los dientes.

- Ella rio- ¿Vamos afuera?

Mire afuera y pude observar tras los cristales pequeños copitos de nieve, pequeñas cositas blancas cayendo, nada más imaginar el gélido tacto de la nieve me dio un escalofrío.

- No –negué con la cabeza.

Bea me estrecho más en sus brazos y me beso en mi frente, sus labios estaban calientes, sonreí.

- Pero se va a ir el autobús, el descanso solo duraba 15 minutos. Y ya han pasado 13 minutos.

Cierto, habíamos salido del internado hace más de medía hora, hace casi una hora, habíamos cogido el autobús que iba hacía la casa de su madre y paró aquí para hacer un descanso. Yo baje corriendo nada más que vi que había un sitio con algo caliente, Bea me siguió pero la multitud la atrapo.

Suspire y mire hacia el autobús, la gente empezaba a subir, resignada puse mi mano sobre el pomo de la puerta.

- Vamos.

Bea aferro su mano a mi cintura y me beso los labios, un beso muy dulce y que hizo que entrara en calor. Ella me acaricio la mejilla con su mano cubierta por un guante. Sonreí. Abrí la puerta y una fuerte brisa entro, tuve un escalofrío, iba a cerrar la puerta pero Bea me empujo y salimos del local. Hizo que siguiera andando, salimos fuera del techadillo que tenía la cafetería. Nieve, los pequeños copos empezaban a caer sobre nosotras, ella paso su brazo por mis hombros.Mire mis botas, llenas de nieve. Note que Bea apartó su mirada de mí.

- Oh, ya, ___, venga, vamos.

Mire donde estaba mirando, el autobús estaba casi yéndose. Me cogió de la mano y tiro de mí, empezamos a correr y llegamos a tiempo, entramos y fuimos a nuestros asientos. Me cogió de la mano, me toco al lado de la ventana, vi como nos alejábamos del establecimiento como también vi como nos alejamos del internado.

Si, estaba de camino de la casa de la madre de Bea... Os preguntareis ¿Cómo? ¿Cómo que mis padres me dejaron? Pues muy simple, ellos no lo saben, ellos se creen que no nos dejan salir de allí. Al principio no se lo creían, pero hice que Jesy hiciera como si fuera una del internado, aparte le di un número "especial" que era el único que iba a funcionar en navidades, ese número era el de Perrie, cuando ellos la llamaran, ella me llamaría y yo los llamaría desde mi móvil con la excusa de que no me dio tiempo, todo estaba planeado... Espero que todo salga bien. Bea puso su mano, que ya no llevaba guante encima de mi muslo.

- ¿Qué te preocupa nena?
- Todo, que mis padres me pillen- suspire.
- No seas tonta, no te van a pillar- me dedico una sonrisa.

Me recosté en el asiento, apoye mi cabeza en el hombro de Bea, ella paso su brazo por mis hombros. Sentía que cuando estaba con ella nada iba a salir mal, su forma de ser a veces me ponía nerviosa, era muy positiva y relajada, porque yo era todo lo contrario, negativa e hiperactiva, pero yo ya tenía asumido que éramos completamente desiguales. Me fije en la ventana, se estaba cubriendo por una fina capa de hielo, además si apoyas la oreja escuchas el ruido del hielo cubriendo la ventana, lo había probado cuando salíamos del internado, era escalofriante.

Bea empezó a besarme en la frente, no alejaba sus labios de mi, no, si no que los arrastraba por todo mi rostro. Me dio un escalofrío y empecé a sentir que me sobraban capas de ropa. El autobús estaba completo sobre todo por ancianos y algún estudiante del internado, que no había visto en mi vida.

- Bea- cerré los ojos y gemí. Tenía una mano en mi muslo que movía haciendo un masaje.
- ¿Qué? –Me susurro al oído- ¿Quieres que pare?

Note que sus labios se movían sonriendo.  








N/A: Ya volvíiiiiiiiiiiiiiiiii de mi viaje, ahora mismo tenemos la feria; ya tendréis la idea de que la maratón se acabó. No voy a poder estar atenta a wattpad, he tenido que pausar todas mis lecturas y tal. Eso no significa que vaya a pausar tambien mis novelas, solamente deciros eso y espero que paseis un buen día/noche 

- Zoe aka obviouslana.

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora