Prólogo I

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8 de Abril del 2010

Una mancha rubia es lo único que alcancé a divisar.

Me bajo de la bicicleta y entonces lo veo. Un chico rubio de siquiera unos dieciséis lucía maltratado en la calzada. Abrió sus ojos que eran de un color azul cielo, dio un suspiro y se sentó mientras el color rosa volvió a sus mejillas.

- Creo que me has arrollado -afirmó el rubio

Puse los ojos en blanco- ¿No me digas?

Sonrió- ¿Eso es sarcasmo, chica?

- No...bueno sí. Pero de todas maneras ¿te encuentras bien?

- Más o menos -dice mientras él estiraba su mano para que lo ayude a levantarse. Tomé su mano (que por cierto era cálida), y lo ayudé a ponerse de pie.

Para ser sincera pensaba que era algo más alto, pero al parecer éramos casi de la misma estatura; solté su mano rápidamente.

- ¿Crees que puedas ir a casa? -añadí- ¿O quieres que te pague un taxi, rubio?

- Tengo una mejor idea, además creo que es justa para ambos -me contestó cuando una mirada de chico malo invadió sus ojos azul cielo

- Te escucho -dije interesada y algo nerviosa por su actitud

***

Media hora después me encontraba montada en la parte de atrás de la bicicleta mientras el rubio manejaba. Seguía aterrada mientras él fingía que perdía el control de la bicicleta.

- ¡Niall! -grité su nombre que me lo había dicho cuando me comunicó su "gran idea", que por cierto, al principio me había parecido algo descabellado, pero, al final cuando puso unos ojitos de foca bebé terminé aceptando.

- ¡Te dije que era una buena idea! -también gritó entrecerrando sus ojos para poder ver bien- ¡Qué mejor manera de enseñarle el lugar a una extranjera!

- ¡No tenía que haberte dicho eso! -exclamé arrepentida de haberle mencionado el hecho de que me encontraba un par de días en Mullingar, Irlanda debido al trabajo de mi padre. Seguimos por un par de cuadras hasta que nos encontramos con un semáforo, Niall frenó a raya y mi pecho golpeó su espalda

- ¡Auch! -exclamamos al mismo tiempo. Le di un manotazo en la espalda- Dame mi bicicleta, ¡Ahora!

Sacudió la cabeza- Nop, tengo que llegar a mi casa

- ¡¿QUÉ?!...Pero si te dejo en tu casa ¿CÓMO REGRESO AL HOTEL?

- Tendrías que haberlo pensado antes de darme tu bicicleta, Audrey -dijo serenamente y se giró hacia mí, al parecer iba a agregar algo más para llevarme la contraria, pero al ver mi rostro enojado simplemente tragó saliva y añadió- Dime el nombre del hotel

- Lough Owel Lodge -dije enojada

Niall silbó asombrado- Una niña adinerada, ¿Es cierto que tienen tapiz chino?

Lo miré ofendida- No soy una niña adinerada, el viaje lo paga el trabajo de mi padre; pero es cierto lo de los tapices chinos

Niall me miró a los ojos, del azul cielo al café oscuro, imaginaba que iba a pedirme disculpas o algo por el estilo, pero lo único que dijo fue:

- Me gusta la comida china

Un auto que estaba detrás de nosotros pitó; Niall reaccionó, puso su mirada al frente y empezó a pedalear. Pasaron un par de minutos y él seguía sin hablar. Me golpeé mentalmente tratando de idear un tema de conversación hasta que surgió uno, aunque era un tema muy ridículo y aburrido. Pero mejor algo antes que nada.

- ¿Y qué piensas ser de grande?

Niall bufó- Nunca me habían dicho "enano" de una manera tan indirecta

Abrí los ojos como platos- No quería decir eso, me refería a ¿Qué quieres estudiar en la universidad?

- Sólo bromeaba -me tranquilizó- quiero ser odontólogo ¿y tú, Audrey?

Pasé por mi mente varias opciones hasta dar con algo interesante- ¿Um? Chef

- ¿¡En serio!? Hay por dios, a cada momento me caes mejor Audrey

Empecé a sonrojarme lentamente mientras daba gracias a dios por tener a Niall dándome la espalda- Espero que dentro un par de años nos encontremos de nuevo, para que me prepares algo especial

Asentí sonriente, aunque sabía que él no podía verme.

***

Veinte minutos después ya estaba en la entrada del Lough Owel Lodge. Niall estaba sentado en el piso con la respiración agitada y su rostro totalmente colorado por el esfuerzo. Al menos ya había llamado a un taxi para que vaya por él, porque sinceramente creo que él habría podido avanzar más.

Se puso de pie tambaleándose- Nunca más llevo a una chica a su hotel -dio por confirmado

- Tendrías que haberlo pensado antes de pedirme mi bicicleta -le contesté haciendo referencia a lo que él mismo me dijo anteriormente.

Sonrió- Dentro de un par de años ya no voy a llevar a nadie, más bien rogaran por llevarme

Alcé una ceja- ¿Y cómo así, Niall?

- Seré famoso -contestó tratando de sonar seductor, pero sin éxito- Iré a Factor X en una semana

- ¿Qué eso?

Dio un paso para atrás poniendo cara de asustado e hizo una cruz con sus brazos- ¡Aléjate! ¿Qué clase de mujer eres?

- ¡Niall! -traté de sonar enojada, pero realmente eso me había hecho gracia- Sé lo que es.
Suspiró y me dijo- Quiero que me veas por la tele

- Lo haré, rubio -le prometí- ¿Que vas a cantar?

- Dime tú

- So sick de Ne-Yo, tal vez

- Buena idea, chica -afirmó pensativo, su mirada azul clavada en el lago que se divisaba a lo lejos. Empecé a pensar sobre lo lindo que era, parecía un lindo elfo, pero el pitido del taxi me sacó de mi ensoñación. Ambos nos giramos hacia el vehículo.

- ¡Vaya! ¿Acaso voló? -pregunté- ¿Es eso posible?

Niall soltó una carcajada- A lo mejor los elfos lo ayudaron -se encogió de hombros.

Se acercó a mí y me abrazó- Gracias, Audrey

- ¿Por qué?, soy yo la que tengo de darte las graci...

- Shh...Gracias por recordarme lo cansado que es andar en bicicleta

Y antes de que pudiera responderle, subió al taxi, este arrancó y Niall agitó su mano en señal de despedida

- ¡Espero que me veas en la tele! -gritó antes de desaparecer en la lejanía.

Sin querer una sonrisa apareció en mi rostro. Quizá no lo volvería a ver en persona, pero al menos no tenía duda de que recordaría este momento:

Un día con un rubio loco en bicicleta...


Midnight MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora