1: Graduaciones y Recuerdos

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Presente
07, Septiembre de 2015
Audrey

- ¡Se acabó el martirio! -grito- ¡No los voy a extra...asdfg!, me veo interrumpida por Cassie que pone una mano en mi boca. Su cabello rubio luce implacable aún sobre los 35°C que hacen en el coliseo que estamos. ¡Qué coliseo!, parece una lata estrecha con sardinas vestidas con capas y gorros.

- No deberías estar gritando eso -me reclama Cassie mientras me jala hacia afuera del coliseo

- ¿Por qué no? -pregunto al mismo tiempo que saludo con la mano a Paris, una compañera a la cual sinceramente no voy a extrañar- ¡Si a partir hoy no volveré a verle la cara al de matemáticas!, ¡Tienes que ponerte feliz!

La rubia pone los ojos en blanco- ¡Siii! ¡Yeah! -finge estar feliz Cassie- ¡No volveré a tener gimnasia!

Me detengo para hacer que me mire a los ojos, ella se gira y entonces yo digo- Pero hace cinco años que no tenemos gimnasia.

Quedamos en silencio unos segundos y entonces empezamos a reír hasta que llegamos a donde están mis padres que se encuentran de pie frente al rectorado. Mi madre luce un vestido azul que le llega hasta las rodillas, a su lado mi padre intenta no caerse dormido arrimado en la columna. Río por un momento más hasta que veo a mi hermano, tratando de lucir "sexy" mientras llama la atención de las chicas de primero.

- ¿Sabes que los grillos nunca atraen a las mujeres? -dice Cassie

- No pedí tu opinión, Smith -le contesta Nico enfadado y se va hacia donde están sus amigos.

- ¡Nico! -le reprende mamá, pero este no parece haberlo notado, y entonces se gira hacia nosotras- ¡Felicidades chicas! Lo han logrado.

Nos da un abrazo de oso, ¡pero de oso panda! cada una. Cuando al fin me suelta tiene los ojos llenos de lágrimas y al ver que mi padre sigue en la nebulosa, le da un codazo para que vuelva en sí.

- ¡Auch! Digo sí... Felicidades chicas, realmente me han sorprendido

Arrugo en entrecejo- ¿Lo dices por mi verdad?

- Por quien mas va hacer -bromea mi amiga. Papá asiente entre carcajadas.

- ¡Jeff! -le reprende mi madre- Cariño diles adiós a todos -añade mientras lleva, casi cargando en la espalda, a mi padre.

Cuando se aleja me giro hacia Cassie- ¿Dónde crees que estén tus padres?

Ella baja la mirada un poco triste- Es....es que no vinieron

Abro los ojos como platos (una costumbre que tengo desde algunos años atrás) y expreso algo alterada, mmm, de hecho lo expreso demasiado alterada:

- ¡¿CÓMO QUE NO HAN VENIDO?! ¡¿QUÉ CLASE DE PADRES SON?!

- Están ocupados en sus viajes de negocios -susurra la rubia intentando calmarme- Ellos sí querían estar aquí, pero las circunstancias no lo permiten

Siento que ni siquiera ella cree eso, ellos nunca asisten a los eventos de su hija. Nunca. Una idea cruza por mi mente, ni siquiera lo pienso dos veces antes de decidir que definitivamente hay que intentarlo.

La miro mientras una sonrisa maligna surge en mi rostro - Cassie

- ¿Sí?

- Prepárate para la mejor noche de karaoke de tu vida

***

- ¡NOBODY, NOBOBY! -canta mi casi hermana mientras se trepa a un mesa y continua- ¡Nobody can drag me dooown!

Termina con un gesto dramático y de regalo se le sale un gallo. Todos los que están en el bar empiezan a reír y se escuchan que algunos imitan un cacareo, entonces yo por molestar digo:

- ¡Cierra el gallinero! -Cassie sonríe y me hace una seña para que le ayude a bajarse de la mesa. Cuando ya se baja se tambalea un poco, al parecer las siete cervezas ya empezaron a surtir efecto, se baja delicadamente el vestido blanco con el que nos graduamos y trata de peinar su cabello que parece una maraña de hilos.

- Es definitivo -declara- La mejor noche de mi vida

- Y que lo digas -contesto- De todas maneras tenemos que ir a casa

- ¿Queeee? -exclama Cassie- ¡Pero si acabamos de llegar!

Suelto una carcajada- Pero si son las -consulto mi reloj- 11:30. Será mejor que me hagas caso.

Hace un puchero pero se levanta, la acompaño y a punta de tropiezos llega a la puerta. Le digo que me espere donde está mientras yo voy a ver el auto, que por cierto es Nico, pero como es una situación especial lo tomé "prestado" cuando llegamos a casa y él fue a jugar básquet con sus amigos.
Llego al auto y me subo, se escucha un chillido que me sobresalta y resulta ser la radio que reanuda la última canción que escuchaba: No Control, de One Direction. Siento como mi cuerpo empieza a seguir el ritmo y me pongo a pensar en lo perfecto que queda esta canción para la borrachera de Cassie.

Arranco y voy hasta donde se encuentra Cassie, pero no está allí; asustada me bajo del auto y diviso una sombra contra la pared. Me muevo silenciosamente y aguanto mi respiración, pero al ver que sólo es Cassie vomitando suelto todo el aire que estoy aguantando.

Cassie alza la mirada- Me duele el estómago -se endereza y añade- ¿Crees que mis padres ya estén en casa?

-Sí, por supuesto -le contesto, a pesar de que lo más probable es que sus padres ni siquiera se acuerdan de ella. Hago que me pase un brazo por mis hombros y la llevo al auto.

***

Ahora me encuentro en el departamento de Cassie, la ayudo a cambiarse y por ultimo le doy una pastilla para la jaqueca.

- ¿Qué pastilla es esa? -pregunta ella

-No sé, pero ahí decía: Contra el dolor de cabeza

- Me podrías estar envenenando -dice adormilada y bosteza. En ese momento suena el reloj de la sala, indicando que es medianoche. Cassie se sobresalta y susurra- Gracias, Audrey

- ¿Por qué?, soy yo la que tengo que agradecer a los dioses por haber hecho que aceptaras venir para acá -le digo

- Shh...Gracias por decirme que tengo que cerrar el gallinero -luego de eso lo único que se escucha son ronquidos.

Me quedo helada recordando lo que hace años un rubio me dijo. Salgo a la sala, y aún pensativa observo el reloj: sigue siendo medianoche.

Un lindo recuerdo de medianoche.


Midnight MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora