Ni contigo, ni sin tí.

No pude.

Horas antes.

*Alex*

Allí estaba ella, bajándose del coche de su padre. No había cambiado en estos seis meses. Igual de energética, de guapa y de simpática.

Los nervios estaban pudiendo conmigo, pero si ella mostraba indiferencia hacía mí, yo haría lo mismo.

Pude alcanzar a ver como Chloe le cambiaba la cara al verme. Sé que ella haría lo que estuviera en sus manos en estos momentos para que Payper no me viera, pero era tarde, conseguí llamar la atención de Payper.

Sonrío.

Siento como me sudan las manos, como mi corazón decide ir más rápido de lo normal.

Tengo muy claro que  va a ser casi imposible volver con Payper, y mucho menos que ella consiga perdonarme, pero todo es intentarlo. También sé, ya que me han mantenido al tanto, de que ha llorado mucho por mi culpa, que ha sufrido y que hace a penas unos días ha conseguido hacer vida social normal, ser la persona que era antes de yo marcharme.

Se dirige hacía la puerta, donde yo me encuentro. 

Llega hasta donde estoy.

-Hola Payper- digo haciéndola frenar ante la entrada de la bolera. Intenté sonar lo más natural posible y lo más amigable.

-Hola Alex, pensé que en Madrid te querían más que aquí, pero ya veo que ni por allí- dijo con una sonrisa triunfante.

Pero no, no me iba a quedar callado, yo venía en son de paz y ella me recibe de esta manera...

-Claro que me quería por Madrid, pero me habían dicho que ya habías gastado tus lágrimas por mi marcha, y eso tenía que verlo yo- sonreí desafiante.

Observé como tomaba aire y pretendía dejarme mal delante de mis amigos. Esto no pintaba bien, éste no era mi propósito cuando decidí volver Seattle.

Cerró sus ojos marrones, aquellos que hace seis meses me miraban con amor y no con odio, como ahora, respiró y respondió con palabras que me hicieron más daño del que pude llegar a demostrar.

-Vete a la mierda Alex, ¿no te vale con todo el daño que me has hecho? Te podrías haber quedado en Madrid. Al menos ha...- decidí no dejarla acabar aquella frase, ya había escuchado suficiente.

Me acerqué despacio,  a escasos centímetros de su cuerpo.

-Venga Payper, sólo he venido a hablar contigo- dije bajito.

-Yo...Yo...Yo no tengo nada que hablar contigo Alex. Te marchaste sin más. No hay nada más que decir- se puso algo nerviosa y consiguió tartamudear un poco, pero al final decidió echarme como un perro. Pero no desistí.

-¿No quieres al menos una explicación?- dije ya usando mi última alternativa, estaba muy arrepentido de todo, y lo que menos debía hacer era intentar explicarle el por qué de mis actos.

Negó sin pensarlo.

-No, yo al menos no te estoy pidiendo explicación alguna de tus actos, ¿o si?. Si le quieres dar explicaciones a alguien, dáselas, pero a mí no. No la quiero, gracias. Y ahora suéltame. He venido a pasa runa tarde de bolos con Chloe, no a verte la cara de idiota con la que acabo de dejarte- dijo sin más y entró en la bolera.

¿Qué acababa de pasar? ¿Por qué permití que sucediera aquello?

He quedado mal, pero realmente me da igual, sé que ella no ha terminado mejor que yo. Debo pensar cómo hacer para que me deje hablar con ella...

Decido ir a buscarla al baño, y al acercarme a éste me la encuentro de frente.

-Payper, escúchame un segundo, por favor- le supliqué.