Nadie podía hacerse una idea de lo nerviosa que me encontraba en ese momento. ¿Por qué había aceptado ver a Alex sin oponerme lo más mínimo? Está bien, admito que aún siento algo, pero no me resistí mucho, la verdad.
Había pasado al menos dos horas y media decidiendo que ponerme, ya que no quería que fuera algo muy sofisticado, pero tampoco algo muy desaliñado.
Terminé por decidirme por un vaquero negro, unas bailarinas y una camisa azul claro. Con el pelo no hice gran cosa, simplemente me peiné y lo dejé suelto.
Eran las nueve y veinte, quedaban diez minutos. No sabía que pasaría, pero de lo que si estaba muy segura era de que no volvería a caer en ese pozo sin fondo del que acabo de salir hace muy poco...
Bajé las escaleras dirección la cocina, en busca de una taza de té, necesitaba calmar estos nervios. Cualquiera que oyera los latidos de mi pequeño corazón podría oírlos a metros de mí. El corazón me iba a mil por horas, se me iba a salir en cualquier momento del pecho.
Sonó el timbre. ¡Dios mío, ya está aquí!. Me dirijí a la puerta, respiré y abrí la puerta.
-Hola Alex- lo miro sin cambiar la expresión seca de mi rostro.
-Hola Payper, estás muy guapa- sonrió intentando parecer inocente.
Negué, dando a entender que un "estás muy guapa" e incluso "eres la tía más guapa del mundo" haría que cambiara mis pensamientos hacía él.
-¿Vamos fuera o aquí en casa, Alex?- pregunto esperando alguna respuesta.
-Vamos fuera, he pensado en ir a un sitio- me tendió la mano para salir en dirección al coche. La ignoré. Lo que menos necesitaba en aquel instante era sentir la calidez de sus dedos entrelazados con los míos.
Me hice con mi bolso, cerré la puerta y me dirigí a su auto. Al entrar en él, vinieron muchos recuerdos a mi mente. Sobretodo la primera vez que me besó, que me dijo que me quería para siempre y como la mujer de su vida. Sonreí para mis adentros al recordar aquellas escenas, no quería que él lo notara.
Al cabo de 20 minutos llegamos a un sitio mexicano. ¡Mierda! Sabía jugar bien las cartas, pero un mexicano no haría que se me cayeran las bragas, la verdad.
Se bajó del coche con la intención de abrirme la puerta, pero me adelanté a sus actos y me bajé.
Nos dirigimos a la puerta, entramos y nos sentamos. Se nos acercó un camarero que se me hacía bastante familiar, pero en ese momento no conseguí reubicarlo. Nos preguntó por nuestras consumiciones y sonrió levemente a Alex, intentando que no se notara mucho que iba dirigida a él.
-¿Qué van a tomar?- me mira.
-Mmm, quiero un Nestea, por favor- le sonrío educadamente. Aún seguía dándole vueltas de por qué su cara me sonaba tanto, esos ojos verdes...
-Yo quiero una Coca-Cola Jason, gracias- dice Alex sin más.
-Ahora se los traigo- contesta Jason, y se marcha.
Alex y yo nos miraros durante unos segundos sin saber que decir, sin saber como actuar. Al menos yo.
Extiende su mano en busca de la mía, pero la retiro a tiempo. Sé con gran certeza de que si me toca, hasta ese punto llegué. Sonríe bastante, sé que no sabe por donde empezar, que le está costando tanto como a mí el estar aquí, delante de él, sin poder abrazarlo, ni tocarlo, ni besarlo...
-Bueno Pay, no sé como comenzar mi discurso- dijo suspirando, apartando la mirada.
Ya con eso de que era un "discurso" iba de culo. ¿Acaso todo lo que iba a soltarme eran palabras preparadas para un discurso sin sentimientos? ¿Lleno de mentiras? ¿Como el de los políticos?.
-Por el principio Alex- dije intentando hacerle ver que me urgía saber el por qué de aquel abandono tan repentino.
-Está bien. Resulta que el día de tu cumpleaños supe que...
En ese momento es interrumpido por Jason, el camarero.
-Disculpen, aquí tienen las bebidas- dijo amablemente dejándolas encima de la mesa.
Me fijé de nuevo en el camarero, y nuestras miradas se cruzaron. ¡Voilá! Ya sé de donde recordaba aquellos ojos verdes tan llamativos y tan intensos.
Él iba con Alex esta tarde en la bolera. ¿Quién sería? Le sonreí de manera tímida. Era muy simpático.
¡Pero Payper, céntrate! Has venido a "solucionar" las cosas con Alex, no a fijarme en camareros de ojos verdes.
-Continúa Alex, ¿de qué te enteraste?-le dije un poco menos tensa.
-Pay... No sé, sabes y te demostré hasta el último momento que te quería y que lo hacía de manera irremediable- dijo sonriendo, supongo que al recordar algo de nuestra bonita relación.
-Alex, déjate de rodeos y dímelo ya- dije tajante.
-No, lo siento, pero no puedo, no creo que sea el momento, ni la manera de hacerlo- dijo dejándome ahí plantada, sin tan siquiera mirar atrás al marcharse.
¿Y ahora qué?
BUENAS. DIOS, HA PASADO CASI UN AÑO DESDE QUE ESCRIBÍ EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE ESTE RELATO. SIENTO DE VERAS MUCHO TANTÍSIMO RETRASO, SÉ QUE ME LEE POCA GENTE, PERO ESO NO IMPORTA, ME GUSTA QUE AL MENOS ESE PEQUEÑO GRUPO LO HAGA.
HE TENIDO MILLONES DE PROBLEMAS, CON DECIROS QUE VIVÍA EN ESPAÑA Y ME HE TENIDO QUE VOLVER A VENEZUELA POR CULPA DE TODOS ESOS PROBLEMAS.
AHORA TENGO MÁS TIEMPO, ASÍ QUE ESCRIBIRÉ MÁS A MENUDO.
Y AHORA PREGUNTO, ¿POR QUÉ ALEX TAN MISTERIOSO CUANDO HA TENIDO LA OPORTUNIDAD DE ACLARAR LAS COSAS CON PAYPER?
¿QUÉ PASARÁ POR LA CABECITA DE PAYPER AL VER A JASON ALLÍ DE CAMARERO?
ESPERO CON ANSIAS SUS OPINIONES.
BESOS DESDE MI RINCÓN DE ESCRITURA CHICAS/OS.
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Ni contigo, ni sin tí.
Teen FictionMe llamo Payper, una adolescente más de este mundo. 17 años recién cumplidos y con millones de dudas en mi vida. Siento que no me comprendo ni yo misma, pero ya iréis descubriendo por qué digo esto. Os invito a saber un poco más de mí.