Locuras, nuevas amistades y... chicos.

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Cap 7!!!

Raquel en multimedia!! ♪♪♪

Cap dedicado a @miik87!! Espero que te guste, disfrutarlo!!! :))

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-Pues dormir, ¿no lo ves? -me responde el muy gracioso- pero tu me acabas de despertar. Buenas noches.

Se agarra al cojín, se gira de lado y cierra los ojos como si fuese a dormirse.

¿Que hace el en MI casa? ¿Y porque esta durmiendo en MI sofá? Bueno, por lo menos no hemos depestardo en la misma cama.

No debí haberme puesto borracha. No recuerdo absolutamente nada y eso mi asusta. ¿Y si hice algo...?

No, espero que no.

Cojo un jarrón lleno de agua y se lo tiro en la cara. Me da pena...

...por el sofá. Pobrecito, el no tiene la culpa de que un idiota este tumbado encima. Que dura es la vida.

-¡¡¡Que mierda!!! -grita Gabi a la vez que se levanta como si le hubiesen puesto agujas en el culo.

Entonces me mira con rabia y asombro en la cara.

Y yo me empiezo a reír como si no hubiera mañana.

-¿Has... visto.. tuu... cara? -digo entre risas.

Cuando consigo calmarme, me levanto lentamente del suelo. El mira y de repente sonríe. Pero sonríe con una sonrisa maquiavélica.

Ohh no. Va a vengarse.

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-¡Sueltame! -grito mientras me meneo para quitarmelo de encima.

"Uyy que mal ha sonado eso, cariño"

"Callate idiota, malpensada" - respondo a mi queridisima consciencia.

Y os preguntaréis, ¿como hemos acabado así?

Digamos que después de una pelea de cojines, acabo empezamos una reñida una batalla campal, lanzando desde bolígrafos hasta el mando del televisor.

Y lo puede demostrar Gabi, tiene un gran chichón en la frente.

Y no uno pequeñito, no.

-¡Vas a morir Paloma! - me grita él.

Acerca las manos lentamente a mi cara, y cuando me espero lo peor, empieza a hacerme cosquillas.

-¡Para, para! -le grito- ¡Pa..pa..ra por..fa...fa... vor!

No puedo contener la risa y empiezo a dar patadas.

De repente el me suelta y deja de hacerme cosquillas.

Ohh mi dios, ¿lo habré matado?

Entonces lo veo y no puedo evitar contener la risa.

Esta tirado en el suelo, conteniendo la respiración, muy rojo y... agarrándose sus partes bajas.

El empieza a echar maldiciones y yo no puedo parar de reír.

Al cabo de un rato estamos los dos sentados en el sofá.

-Y ahora -le digo- ¿me quieres decir que se supone que haces en mi casa? ¿Y por qué estabas durmiendo en mi sofá?

Él se pone muy serio y me responde:

-¿Se puede saber por qué te fuiste a ese sitio anoche? ¿Y por qué te emborrachaste?