Parte 4.

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Martina aprovechó de examinarlo mientras esperaba alguna respuesta. Traía los primeros botones de su camisa blanca desabrochados, con la corbata aflojada alrededor de su cuello y los botones de su saco abiertos. Se veía tan sexy que Martina se alegró cuando notó que en ninguna de sus manos traía algún anillo, lo que significaba que no estaba casado. ¿O tal vez tenía novia? El simple pensamiento le deprimía.


- Hemos recibido una llamada de su madre, diciendo que usted debía retirarse hoy de la escuela.- comenzó a decir Jorge.- al parecer, la hermana de ella se desmayó y dado que no está en el mejor estado para trabajar necesita de su ayuda.



Martina pestañeó varias veces. Luego los nervios que sentía rápidamente fueron sustituidos por preocupación. Preocupación por su tía. Debido a que las únicas personas con quien vivía por el momento eran su madre y su tía, entendía lo importante que era para su mamá irla a ayudar.




- Está bien.- le dijo con una calma que no sentía, bajando la mirada hacia sus manos sobre su regazo.- Entonces, ¿Me tengo que ir?




- Sí.- dijo y buscó su mirada con la suya. Quería que lo mirara a los ojos, quería perderse en esos preciosos ojos color marrón para saber qué era lo que sentía.- ya puede retirarse, señorita Stoessel.




La campana del recreo que sonó anunció que eran las diez de la mañana. Jorge vio como Martina asentía y se colocaba de pie, acomodándose un poco el cuello de su camiseta del uniforme de la escuela. La miró enternecido. Él quería decirle tantas cosas, entre ellas, lo mucho que la deseaba, pero lo que más quería era preguntarle cómo se sentía. Quería preguntarle sobre su familia; saber más sobre su vida privada, sobre sus padres... sobre sus sentimientos.




Al fin Martina lo miró a los ojos, y lo que Jorge vio, no le gustó para nada. Era el brillo de tristeza que había en sus ojos que le provocaba querer arrastrarla hacia su regazo, llenarle la cara entera de besos y abrazarla mientras la acunaba. 

- ¿Se encuentra bien?- le preguntó con preocupación.




- Sí.- dijo mientras le regalaba una sonrisa débil.- estoy preocupada nada más por mi tía, pero bien.




Jorge asintió. Luego arrancó un papel de una pequeña libreta que tenía a mano, escribió algo rápido y firmó.




- Tome.- dijo y le tendió el papel.- muestre esto a la salida de la escuela y la dejarán irse.




- Gracias.- dijo y tomó el papel.




Martina se volteó y se acercó hacia la puerta, consciente de que Jorge la miraba por detrás. 

Abrió la puerta y antes de salir, la voz de Jorge la detuvo.




- Señorita Stoessel.




Ella se giró, mordiéndose el labio al sentirse seducida por la voz ronca y sensual de aquel hombre.




- Quiero verla mañana después de clases aquí mismo.




Martina ni siquiera le preguntó la razón, solamente se sonrojó, asintió y después se fue. 




Su corazón latía alocado, pensando que mañana lo volvería a ver, y esta vez, no solamente para hablar...



Annelú.



El Director °°Jortini°° HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora