Capitulo 9

108 6 5
                                    

Jared

Desde que me reecontre con Alexa mi mente no quiere pensar en otra cosa, la chiquilla de labios apetecibles no sale de mi jodida cabeza y eso me esta volviendo loco, pues cuando mi mente piensa en ella, otras partes de mi cuerpo responden haciendo que tenga que tomas una maldita ducha de agua fría y eso es jodidamente fustrante.

Aveces me pregunto porque no la hice mía el día de la fiesta teniéndola a mi merced solo para mi, en mi cama, mi casa, ella y yo solos. Entonces recuerdo que estaba ebria, que no me reconoció y que cayo rendida casi en el momento en que vio la cama y se me pasa.

No soy de esos hombres que se aprovechan de las mujeres, no, siempre he sido claro, siempre ha sido una noche, mis acciones y aveces mis propias palabras lo demuestran, nunca obligaría a nadie a hacer nada que no quiera y desprecio tanto a esos animales que se hacen llamar hombres que tienen la osadía de siquiera levantar una mano a una mujer.

Toda mujer es delicada no importa en que sentido, ellas nesecitan amor, cariño y estar siempre llenas de placer, que nunca les falte lo escencial, así debe ser.

Eso y más estoy dispuesto a darle a mi pequeña Alexa, la mujer que me ha quitado el sueño desde que regreso a mi vida, aún mas hermosa y más mujer, pues quién no quisiera tocar semejante cuerpo con esa curvas y su piel suave y tersa no lo he tocado pero estoy seguro que cuando lo haga sera mejor que en mis sueños.

Como me encantaría tocar su piel y sentir como sus vellos se erizan ante mi tacto, enseñarles las cosas malas que solo conmigo podrá hacer, tener a esa inoscente pequeña sería como estar en una bañera llena de dinero, teniadolo a tu disposición para ti y solo para ti, llenandote de su olor y disfrutando de el, quiero eso y mucho más de ella.

Por eso no me importa parecer un acosador mientras me la como con la mirada en lo que ella esta sentada en ese restaurante con su amiga, cual no recuerdo el nombre.

Dios, adoro como le queda esa blusa blanca apretada al cuerpo, sus jeans ajustados y botas negras de tacon, haciendo que sus piernas se vieran mas largas, su cabello iba recojido en una coleta alta dejando que su cabello con las puntas risas calleran sensualmente por su espalda. Su cara no tenía maquillaje, talvez algo de brillo labial, aunque si me dijeran que no tenia nada lo creyera, esos labios eran tan jodidamente rosados, suaves y tan apetecibles que me da rabia de solo pensar que alguien los alla ya probado, alguien alla tocado algo tan inocente como esa linda niña.

Tengo que pensar con la cabeza fría si quiero que esto funcione, no quiero espantarla, pero no aguantaría que ella me rechazara, puedo ser demasiado imbécil cuando estoy nervioso o inseguro y que Dios me ayude porque enserio no quiero cagarla.

Me levanto de mi asiento en cuanto la veo salir del restaurante, cuando la veo salir se queda a un lado de la puerta parece esperando a alguien mientras hace algo con su telefono.

No pierdo tiempo y me acerco, las manos me sudan y mi corazón esta latiendo mas fuerte, y ella nisiquiera se ha dado cuenta de que voy hacia allá. Cuando estoy en frente de ella aclaro mi garganta tratando de ocultar mi inseguridad.

Unos grandes ojos miel me observan con asombro en cuanto se dan cuenta de mi existencia, hermosa.

-Te vuelvo a encontrar pequeña, ¿donde habías estado todo este tiempo?-. Esa era la pregunta que me tenia intrigado desde que era un niño y enserio esperaba una repuesta.

¡NO ME JODAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora