.[14]

339 38 8
                                    

"Hasta que la obtenga"
Narrador

La chica lloraba cómo si eso podría salvarla, pero estaba muy equivocada. El pánico invadió cada célula posible cuando observo que en las paredes había imagines de cada lugar donde estuvo con sus amigos,entrecerró los ojos para analizar lo que veía. El sonido de la puerta abriéndose logró asustarla aún más. Coraje y Miedo eran los sentimientos.
Aquel individuo sonrío con malicia al observar a su nueva víctima. La había deseado como algo sexual, sólo como eso. Quiere sentir que tan suave es su piel, poder inhalar aquel olor que lo pone loco pero aún no pude obtenerla. Suelta un gruñido, ella chilla cuando el tiene su cabello encerrado en un puño. Arrastra su cuerpo hasta tumbarla en un frío suelo.

Se sentía en una bomba de tiempo. Sabía que no iba a salir viva. Frunció su ceño cuando un vestido color azul fue arrojado hacia ella. Reconoció al instante de quien pertenecía esa prenda, ahora si que estaba asustada. Sus ojos buscaron al hombre, encendía velas para después ponerlas en diferentes partes. Lo que alumbraba en ese momento solo eran las pequeñas flamas. El empezó a desgarrar su ropa no importándole ver su ropa interior. Su manos apresuradas colocaron la prenda.

- P-por...favor, déjame ir. Por favor no diré nada- rogó, una fría y suave carcajada provino de sus labios.

- ¿Por qué huyen de mi? - susurró adolorido. - ¿Tu no me rechazaras verdad? - hablo dulcemente, acariciando su mejilla como si tratase de calmarla. En cambio, sus acciones aumentaba la desesperación, su cuerpo temblaba de pies a cabeza ante lo que ocurría.

¿Cómo había llegado ahí? La pregunta que escapaba de su mente volvió, intentando reproducirla pero ni ella misma sabía.

Se estremeció cuando aquel sujeto se levantó, soltando su mejilla con desprecio y caminado otra puerta en la casa, era una cabaña o casa de eso estaba segura, pero lo que notaba, es que nadie se daría cuenta de lo que ocurre. Dejó escapar un sollozo cuando regresó, tenía una  caja marrón entre sus manos y el hecho de que la sostenía como si fuera un tesoro la intrigó. Algo le decía que ahí no había nada insignificante.

- Te presentaría a mis chicas para que charlarán pero me temo que nunca quisieron hablar, además, él no me deja tenerlas por mucho tiempo . . . pero tengo algunos recuerdos - explicó, señalando la caja de sus manos. La incorporó tomándola del brazo con cierta delicadeza. Sus acciones eran extrañas, y aún más sus palabras. Un impulso de ella explotó causando que el contenido se esparciera. Pequeñas bolsas de papel estaban tiradas que por una escalofriante razón tenían diferente mechones de cabello.

- Y-yo lo siento, Por favor no tienes que hacer esto . . . por favor - suplicaba entre sollozos, agachando la cabeza al mismo tiempo que le rogaba a Dios. No quiere irse sin haber tenido un futuro, poco a poco su vida se estaba desvaneciendo.

- ¡Cállate la sucia boca! ¡Todo esto es por la zorra de tu amiga! - gritó con sus ojos inyectados de sangre. La furia que apoderaba su cuerpo iba a ser su pasaje director a la muerte.Se acercó a ella encargándose de tomar su cabello entre sus manos, jalándolo con todas sus fuerzas. Gritó  de dolor, podía sentir su cuero cabelludo casi desprendiéndose mientras que él seguía jalando sin piedad.

Respiraba frenéticamente, recreando los últimos momentos de su vida, su puño impactó contra su mejilla duro y seco, haciendo contacto con el suelo. Las lagrimas no se detenían y respirar se le hacia difícil luego de lo que acaba de ocurrir. Sintió un golpe en su estómago dejándola casi inconsciente, parecía estar cegado por la furia mientras se llevaba las manos a los oídos, gritando cosas que no podían descifrase. Escucho a alguien gritar pero esta cayó en un abismo oscuro llevándose los últimos alientos de su conciencia.

Sus ojos volvieron abrirse, esta vez no sentía la fría sensación contra su espalda. Se encontraba en una habitación que era incluso peor que la anterior. El único consuelo que tenía era ella misma. Escucho pasos y entonces en movimientos sigilosos se acurrucó con la esquina de una mesa, en posición fetal, escondiendo el rostro entre sus piernas. No sabia porque razón estaba ahí, su mente recordó aquellas chicas que fueron asesinadas en su ciudad, iba acabar como ellas y no podía hacer nada. Siempre le advertían que no tenía que tener  mucha confianza, ahora, aquí está apunto de morir.

- Despertaste - Habló una ronca voz, no hico ni dijo absolutamente nada. Sintió un peso caer contra la cama y sus piernas empezaron a temblar. El no era bueno, por el simple hecho de que la tenga secuestrada  - No obtendré información de tu parte. Ya tengo en la mira quien me la dará, pero pequeña tenemos que deshacernos de los testigos.
No llores más, ya es tiempo.

- ¿Por qué?  ¿Por qué lo haces? ¿Por qué  yo? - Elevó su rostro hacia el. Su rostro no era identificado por la capucha que llevaba puesta. Una dulce pero diabólica sonrisa le regalo.

- Todas me pregunta lo mismo. ¿Sabes? yo se quien es el causante de todo esto. Créeme, él está entre ustedes . . . al igual que yo, ¿por qué crees que tengo todas esas fotografías?.Ese idiota quiere quedarse con algo que es de mi propiedad. No me detendré hasta que la obtenga y no me importa si tengo que matarte o matar a quien se me cruce en el camino.  Tu no elegiste morir pero es lo que te toco, no te preocupes princesa ya no estarás en la peor parte del cuento. - respondió, soltando una risa como si todo aquello le causara gracia.

El filo de un cuchillo se enterró en lo profundo de su vientre. Sintió la sangre brotar de su cuerpo y atrapó su último aliento de vida, su última lágrima fría se deslizaba por su mejilla. Valentina murió, llevándose con ella un secreto oculto a su tumba.

Perdón por no subir capítulo en la fecha específica, realmente quiero que estos capítulos sean bien redactados y necesito bastante tiempo para hacerlos. Subiré capítulo cuando tenga tiempo, lo siento mucho, espero que puedan comprender. Gracias por todo <3

Secretos Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora