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"¿Qué pasa?"

  Un zumbido se mezcla con el pitido rítmico que se cuela en mi inconsciencia. Consigo  hacer un revoleteó de pestañas al intentar abrir los ojos. Pero cuando logro abrirlos, la luz me sega por unos segundos.

Los pitidos agudos resuenan en todos lados, hacen que un suave dolor se apodere de mi cabeza. Se que estoy en un hospital ya que, la habitación es blanca en su totalidad.

Y por instinto empiezo a examinar mi cuerpo: unos cables bajan por mi nariz dándome oxigeno. Una gran punzada se posiciona en mi abdomen. Con cierta delicadeza empiezo a levantar mi blusa hasta ver aquella zona que se manifiesta de un horrible dolor.

Un gemido salé.

Mi abdomen esta vendado con una mancha de sangre que traspasa la tela. Me siento confundida, desorientada y adormecida; así que, el rostro de Dayana aparece en el campo de visión, me toma unos segundos reconocer su presencia.

El alivio que refleja su expresión, hace que mi pecho se estruje con violencia.

- ¡Rayos, Dani! - dice, con voz temblorosa debido a las emociones contenidas -. Me tenias muy asustada, ¡fue horrible! por un momento pensé que te perdía. 

Hay lagrimas en sus ojos, pero no puedo procesar lo que está ocurriendo.
No sé como llegué aquí, ni porqué luce como si estuviese a punto de llorar.

"¿Qué pasa?" quiero preguntar pero no puedo hacerlo. Hay algo atascado en mi garganta y eso impide que sea capaz de articular algo.

Llevó mi mano a mi boca para retirar lo que sea que tengo, pero, Dayana se interpone en el intento.

- ¡No! - Dayana sostiene mis muñecas con delicadeza para volverlas a descansar en la cama -. Haz estado en el hospital dos días.  Apenas hoy nos dejaron verte, tu herida es bastante grande.

Niego con la cabeza, mientras trato de hilar lo que me dice.


- Dani, los chicos te encontraron. Yo les dije que te habías ido sola, entonces, fueron a buscarte a tu casa. Pero como no abrían tuvieron que entrar por una venta y fue ahí cuando te vieron. - suelta un suspiro -. Voy a decirle a tu mamá y a los demás que ya despertaste.

Los recuerdos vuelven uno por uno y se asientan a mi cerebro. Las palabras de mi amiga resuenan en mi cabeza, y en lo único que puedo pensar en este momento, es en mi papá.

- ¿D-donde está mi papá? - soy consiente de la resequedad que tiene mi garganta, como si hubiese tragado un bolsa de tornillos.

Su expresión pasa de ser aliviada a insegura. Sus facciones parecen ensombrecidas por una emoción que no comprendo del todo y eso hace que un nudo se apriete en mi estómago y se estrujé con violencia.

La opresión se hace presente en mi pecho y, de pronto, respirar se convierte en un reto. Ella sabe qué quiero que diga.

Entonces, empiezo a luchar contra las máquinas que me mantiene con vida. No me importa el dolor, solo quiero verlo y saber que aún está conmigo.

Las máquinas comienzan a sonar con estruendo, las personas empiezan a llenar la habitación.


- ¡Daniela, escúchame, por favor! - Dayana eleva la voz, clava sus dedos en la carne descubierta de mis abrazos. - ¡Él quedo en coma!

Mi corazón late a una velocidad impresiónate, mis manos tiemblan, y el lado derecho de mi abdomen empieza a palpitar. El malestar invade mi cuerpo, y un horrible mareo me pega.

Siento un remplazo por un par de manos heladas.

No dejo de moverme, escucho como un médico ladra ordenes para que sean resueltas  por los demás enfermeros. Una de la enfermera se acerca con una jeringa, y el horror me invade cuando la palabra "sida" sale de su boca.

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Capítulo dedicado a: nattyswag22

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