Capitulo 4

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La noche se vuelve más fría, el frió traspasa la tela de mi sudadera.

Mierda

Camine más de lo esperado y perdí la noción del tiempo. Apague mi celular perdiendo cualquier comunicación con alguien.

Tal vez no fue tan buena idea después de todo. La luz de mi celular por fin apareció dejando escapar un suspiro de alivio, al momento llamadas perdidas por parte de mi madre y de Amy empiezan a llenar mi bandeja de entrada recordándome nuevamente que no fue buena idea haber apagado el celular.

Sigo caminando por las calles oscuras y silenciosas dejando un aspecto tenebroso.

Guardo mi celular en el interior de mi sudadero con torpeza.

El fuerte sonido de algo caer a unos metros de mí logra captar mi atención, dejando ver con claridad algo realmente espantoso.

Quedo petrificada ante lo que mis ojos ven.

Un cuerpo yacía en el asfalto con un charco de sangre alrededor baste grande para saber que se estaba desangrado. Al lado de este una persona que no logro visualizar del todo, se encontraba sosteniendo a la persona ya muerta por la cabeza.

Puedo escuchar sonidos de satisfacción provenientes del hombre encapuchado vestido de negro.

Un grito salio de mis labios haciendo que la persona delante mío soltara con brusquedad a la persona ya muerta y girándose a mi dirección dándome una sonrisa ladeada maliciosa.

Joder

Me paralizo por completo, el miedo y la adrenalina corre por mis venas mandando alertas a mi cerebro. Las palabras se quedan atascadas en la profundidad de mi garganta dejándome muda.

Me di la vuelta y eché a correr.

Mi cabeza repetía y repetía un único pensamiento. Correr.

Logro escuchar una fuerte risa tan aterradora cargada de burla.

Me eché a correr lo más rápido que mis piernas podían y oí el golpeteo de mis zapatos contra el asfalto. Quería mirar hacia atrás y poder ver la distancia que me separaba de esa horrible escena que acabo de presenciar.

Nuevamente una risa se escucha pero ahora detrás mio. Mis pulmones arden y mis piernas duelen pero eso no me impide seguir corriendo. Maldigo la hora en la que decidí salir.

-¿No puedes correr más rápido?- Chilló fuerte al sentir unas manos alrededor de mi cintura tirándome al suelo con violencia, golpeándome la cabeza.

Encima de mi se encontraba el mismo hombre que hace unos momentos se encontraba junto a la persona desangrada. Ahora puedo ver con claridad su rostro pero me aterra decir como se encuentra en este instante.

En las comesuras de sus labios se encontraban hilos de sangre fresca que goteaban sobre mi rostro manchándome con esta. Su cara pálida como la porcelana manchada y sus ojos rojos como la sangre.

Trago saliva con fuerza. Esto no me puede estar pasando no ahora.

Antes de que cayera con el encima pude conseguir una pierda que ahora se encuentra en mi mano derecha. Con valentía y temor le pego en la cabeza con fuerza, rio con burla paralizando mi cuerpo.

Me aplasta más contra el asfalto enterrándome cristales que se encontraban esparcidos, solté un gemido de dolor y lagrimas corrían por mis mejillas.

-¡Detente!- Grite con dolor.

-No hasta que me digas que hacías hace unos minutos espiando cosas que ni tu ni nadie debe de ver- La gruesa y dominante voz hace que libere un gemido de dolor más fuerte.

-Me lastimas- Le digo desesperada por el fuerte dolor en mi espalda y brazos debido a los vidrios incrustados en estos. Las lagrimas bañaban mis mejillas.

-Siempre y cuando me digas ¿Que hacías espiando cosas que no deberías?- Me aplasta más contra los vidrios. Mis alaridos se intensifican.

-Yo..solo pasaba por aquí- Le respondí con voz débil. La cabeza me dolía, mis brazos ya no los sentía, me sentía débil . En cualquier minuto perdería la conciencia.

- oh ¿En serio? y ¿Por qué? ¿Buscabas a alguien en particular?- Su voz cargada con sarcasmo me indicaba que no creía en mis palabras.

-No a nadie- Negué con la cabeza lentamente.

Su mirada fría y siniestra no se despegaba de mis ojos. Estoy aterrerada por que se que seré otra victima más para este  hombre. Maldigo el día en el que mi mamá decidió irse. Maldigo la hora en la que salí. Maldigo el momento en la que me encontré con este asesino. Siento mis parpados pesados, mi garganta seca y mi cuerpo débil sin fuerzas.

Estaba segura de que moriría en cualquier segundo. Estaba segura de que nadie me ayudaría y sin esperarmelo siento unos brazos debajo de mí sosteniéndome con fuerza, levantándome del frió suelo. Maldiciones se escuchan por parte del hombre pálido que ahora se encuentra cargándome y llevándome en brazos a un lugar desconocido.

Solo espero que alguien pueda encontrar mi cuerpo donde sea que esté hombre me deje.

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