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Risa celestial 


Viernes, 02 de mayo de 2014

En el camino a la heladería iba muy nerviosa, mamá pareció notarlo y me pregunto al respecto, yo le dije que solo estaba nerviosa porque los exámenes parciales se acercaban y ella se lo ha creído, estoy segura de que si supiera la verdad me mataría, pues una dama nunca de ir detrás de un caballero, esa es siempre su frase. Cuando llegamos, al instante mire detrás del mostrador y te visualice mirabas atento una película, parecía una de suspenso, a diferencia del otro día, estabas solo, al parecer tu hermano había salido y mira que si estuviera aquí te hubiera regañado como nunca, pues no habías notado mi presencia, quería llamar tu atención y dije "hola" casi apenas en un susurró, no sé cómo le hiciste, pero lo escuchaste ¡y tremendo susto que te metí! Brincaste de tu lugar y me miraste, "buenas tardes" respondiste. Uggh que formal sonó eso, como para tener unos ¿16? Sí, definitivamente muy formal para tu edad. Mamá miraba atenta todos los sabores de helados y nos preguntaste "¿en qué les puedo servir?", "supongo que queremos dos helados" contestó mamá, te reíste y me percaté de que tienes una risa muy bonita, casi igual de bonita que tu mirada.

Mamá pidió un helado de nuez y fue a tomar asiento, dejándonos solos, no sabía que decir y deje que hablaras tú, "¿cómo quieres tu helado?" preguntaste, pensé un poco y recordé el otro día "de vainilla y con un barquillo de oreo, por favor" "¿estás bromeando?" me dijiste, "para nada ¿por qué?" "es mi favorito, tienes un buen gusto" entonces sonreí y sonreíste, probablemente fue el mejor momento del día, pues nos mirábamos el uno al otro, casi como dos enamorados sonriéndose, claro, aquí la única atraída por el otro era yo, pero se vale soñar ¿no? Aparte, estoy casi segura de que me notaste, no como ocurrió el otro día.

Espero nos veamos de nuevo el siguiente viernes, Mildred.

Posdata: he decidido hacer este diario solo para tí y para mí, espero no te moleste.

Ahora sí, con todo el cariño, Mildred – tu nueva admiradora-. 




Y por último... adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora