La Oportunidad

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Holaaa capítulo nuevo!

Que lo disfruten!

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Corro lo más rápido que puedo.

Intento gritar pero no sale ningún sonido de mi garganta. Corro hasta que no puedo más y caigo. Caigo al vacio.

Abro los ojos sobresaltada.

Fue solo un sueño. Un mal sueño.

Cuando todo llega a mi mente de golpe y recuerdo todo.

El hospital, el incendio, mis padres, la carta... la muerte. Me levanto de golpe, me enredo con mi cobija y caigo sobre mi cama otra vez.

Mi cama, mi cobija, mi dormitorio.

Estoy aquí. Regrese. Y tengo la misión más importante de mi vida.

Salvar a mi familia.

—Sarah. Teresa. Bajen a desayunar. —grita mi madre. Me alivio tanto, al escucharla, que mis ojos se llenan de lágrimas inmediatamente.

— ¡Ya bajo mamá! —respondo y respiro hondo para calmar mis emociones.

Me levanto y me encamino al baño para tomar una ducha rápida, cuando escucho unos pasitos corriendo por el pasillo y sé que es Teresa, por ella daría la vida, y se que es hora de demostrarlo. Tengo que salvar a mi familia.

Tomo la ducha, me visto con un par de vaqueros ajustados, una blusa blanca de encaje y mis bailarinas crema. Arreglo mi cama y veo por la ventana, hoy no va a ser un día soleado. Cojo mi sweater rojo y bajo a desayunar.

—Hola mamá. Hola Tere. ¿Y papá? —exclamo con alegría al verlas, no puedo olvidar ese horrible sentimiento de haberlos perdido.

—Fue al banco, regresara pronto. —dice a la vez que pone las tostadas en la mesa.

Tomo el jugo y lo coloco en la mesa mientras asiento con la cabeza. Me siento en la y mamá pone una torta de huevo con jamón en mi plato, se sienta junto a mí y comienza su típica conversación de las mañanas y con qué quiere que le acompañe a ver una película nueva de estreno.

Termino mi desayuno y dejo mi plato sobre el fregadero. Salgo de la cocina no sin antes ver a Teresa y su forma inigualable de comer cereal hasta los pies.

Subiendo a mi cuarto escucho el timbre de la puerta y voy a ver quién es. Abro y veo a un desesperado Jake que se lanza sobre mí y mis pies dejan de tocar el suelo en su gran abrazo. Comienzo a reír y alzo la cabeza. Me topo con esos hermosos ojos azules de los que estoy perdidamente enamorada.

— ¡Maldición! Pensé que todo fue real. —exclama cuando mis pies tocan el piso, y me da un tierno beso que, en él, me transmite todo el amor que siente hacia mí.

Entra a mi casa. Saluda a mamá y a Teresa. Mi pequeña hermana no puede ocultar lo feliz que esta de verlo, sonríe y alza sus manitas rechonchas para que Jake la cargue y le dé vueltas.

—Te va a vomitar si le sigues dando vueltas. —exclamo viendo la escena.

Jake la deja otra vez en su sillita de comer. Lo tomo de la mano y lo saco de la cocina antes de que Teresa le pida algo más y me lo quite otra vez. Subimos a mi habitación, nos sentamos en el filo de la cama. Estoy a punto de contarle todo, cuando recuerdo que no puedo decirle nada, la Muerte en su carta me prohibió decirle a alguien.

Pero me sorprende cuando Jake saca una carta similar a la mía, el mismo papel, el mismo sobre y la misma letra cursiva. Pero no el mismo contenido. Cuando me la entrega la leo rápidamente.

Si como lo supuse es la muerte. Pero esta carta es dirigida a Jake; donde le explica que el me va a ayudar en esta «aventura» como él la llama.

—La encontré en mi mesa de noche hoy en la mañana, después de tener un sueño muy extraño donde tú... —se corta y me mira con tristeza. —Pero no sé quien dejo la maldita carta. Es una broma de pésimo gusto. Según mi abuela nadie entro en la casa pero yo tengo mis sospechas.

Su abuela. Con la que vive desde el accidente en donde su madre murió. Su abuela dice la verdad. Nadie entro en su casa. Solo entro la Muerte.

—Nadie entro a tu casa Jake. —digo tímidamente. Jake me queda viendo fijamente tal vez pensando que le estoy tomando el pelo. —Lo que soñaste fue real, la carta igual y esta «aventura» también.

—No se para que te cuento, si a la final te vas a burlar de eso también. –exclama enfadado mientras se levanta para marcharse.

Lo tomo de la mano, apresurada, obligándolo a sentarse otra vez, me pongo junto a él y le doy un beso en la mejilla Mirándole a los ojos le cuento todo lo que se, todo lo que paso y lo que debemos hacer. Jake se queda con la mirada fija en mi, tal vez pensando o determinando si le miento o no.

—No mientes. —es lo único que dice. —No te estás mordiendo el labio como lo haces cuando mientes.

—No te miento, no mentiría en un asunto tan serio como este. —digo con una pequeña sonrisa. Sabe hasta cuándo miento.

Me levanto de la cama y sorprendiéndolo, le doy un pequeño beso en los labios.

—Te amo. —dice pegando su frente con la mía.

—Yo también te amo. —le respondo sin separar nuestras frentes.

Jake me toma de la cintura y me sienta encima de él. Me da un beso en la frente y me abraza colocando su nariz en mi cuello. Me alejo divertida y tomo mi teléfono. Veo que ya es las once de la mañana, el día ha pasado muy breve. Y hasta ahora no he planificado como voy a salvar a mi familia.

Voy a mi mesita de noche y no está, no está ahí.

Mi carta. No está mi carta.

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Gracias por leerme!

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2015 ⏰

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