El descubrimiento.
Parte I.Mi corazón se encontraba latiendo tan de prisa que ni siquiera podía casi respirar del fuerte dolor que sentía en el pecho. Me encontraba tendida en el suelo, completamente inmóvil e incapaz de emitir sonido alguno. Mis oídos zumbaban con fuerza y sentía mi cabeza explotar gracias a aquel dolor que se apoderaba de mi cabeza. Mis ojos se cerraban con lentitud y al abrirse se encontraban con la nube de humo que comenzaba a surgir y a dar la señal de que el fuego se encontraba creciendo. Miro hacia la derecha y me encuentro con el cuerpo tendido de Emma. Me tensé. Me volteó como puedo hacia su dirección y comienzo a mover un poco mi cuerpo hacia ella. A pesar de que se encontraba a unas cuantas pulgadas lejos de mí, lo intenté.
—Emma...—hasta susurrar me costaba trabajo y dolor. Me continuaba arrastrando tan lento, que podría jurar que parecía un muerto viviente.
Su cabello rubio estaba lleno de cenizas y pequeñas piedras del concreto. Su mano derecha se encontraba reposada sobre su abdomen y su pecho subía y bajaba tan lento que juraba que estaba agonizando.
—E-Emma... —un poco más y llegaría hasta ella. Mis brazos dolían y ni hablar de mi cuerpo. Parecía que me habían utilizado como un saco de boxeo.
—Aurora—los increíblemente fuertes brazos de Phoenix llegaron hasta mis hombros, obligándome a acostarme sobre el pavimento por completo.
—Déjame... suéltame—. Respondí con enojo y malhumor, intentando apartar sus manos de mis hombros, a pesar de lo débil que me encontraba y claramente, sentía.
—¡Basta! Tenemos que irnos ya—. Frunció sus cejas mientras intentaba levantarme en mis dos pies nuevamente.
—¡No voy a ningún lado sin Emma y lo sabes! —hablé y segundos después me soltó, dejando que mi cuerpo chocara nuevamente con el pavimento. Le di una mirada asesina antes de incorporarme y halar del brazo de Emma.
—Hey, Emma... despierta— murmuré con mientras la sacudía un poco— Tenemos que irnos ya.
Logré escuchar el suspiro largo que dejó escapar Phoenix mientras se llevaba el dedo índice y el pulgar hasta el inicio de su hueso nasal, en señal de frustración—Esto es increíble.
Observé a Emma con un poco de desesperación mientras ella comenzaba a abrir levemente sus ojos.
—Eso es, vamos— murmuré y le regalé una rápida sonrisa. —Phoenix–la llamé, atrayendo su atención– Ayúdame a llevarla hasta dentro del bosque.
Con quejas y protestas, Phoenix me ayudó a cargar a Emma hasta estar dentro del bosque, no sin antes ver nuestra obra maestra. La casa de los Fillclorks ya no sería un problema para nosotras, ellos no serían uno. Con lágrimas de alegría en mis ojos y una gran sonrisa en mis labios, continué mi camino.
—Gracias—logré escuchar las primeras palabras provenientes de Emma. La observé por unos segundos, y... ¡que alivio!
Los próximos minutos fueron de completo silencio. Nuestra casa –si así se podría llamarle– no estaba tan lejos, pero con el dolor y el peso adicional de Emma sobre nuestros hombros, se nos hacía tan largo el camino que era imposible no marearse o que las piernas te flaquearan.
Luego de llegar a nuestro pequeño refugio improvisado, dejamos a Emma en sus dos pies atrás de nosotras para así poder encaminarnos a abrir nuestro paso. Ayudé a Phoenix a quitar los botes de basura ya despintados por el paso del tiempo y llenos de suciedad del camino. Nos deshicimos de algunos trozos de zinc que reforzaban la entrada y regresamos por Emma, quien se sobaba levemente la cabeza. Ella fue la que se encargó de pasar primero por aquellas rejas ya no tan ocultas, seguida por mí y finalmente Phoenix, quién antes de entrar atrajo nuevamente los botes de basura y el zinc más cerca para poder atravesarlos nuevamente en el camino.
ESTÁS LEYENDO
The Living Dead © [Styles]
Fanfic❝O matas, o mueres.❞ ©baeflxtwd2015. #1 en #EndOfTheWorld el 17 de noviembre de 2020.