La fiesta terminó y todos se fueron a sus casas. Amanda, aburrida, cogió su móvil y se dedicó a agradecer a los amigos de su hermana que hubiesen ido a la fiesta y hubiesen traído cosas. Pero no le hizo falta nada más que un mensaje para entablar una conversación con una persona que le cambiaría la vida.
Hablaron hasta la noche y realmente Amanda sentía que podía confiar en ella para cualquier cosa.
Amanda:- Tengo que advertirte de que no soy una persona normal.
Hanna:- ¿A qué te refieres?
Amanda:- Prometeme que nunca lo vas a contar.
Hanna:- Lo prometo.
Amanda:- Soy una chica suicida.
Hanna:- Compartimos más de lo que crees.
Amanda le contó a Hanna todo de ella y Hanna le contó a Amanda todo de ella, la única diferencia es que Amanda se estudió todo de Hanna.
Mientras la otra chica sólo leía y contestaba paciente las preguntas.
Ahí surgió el problema.
Amanda, viendo la forma de ser de Hanna, quedó asombrada con todos y cadcada uno de sus detalles, y esto hizo que se fijase más en ella.