Amanda, notó como alguien le apartaba los mechones de cabello de su cara, y al abrir los ojos se encontró con la mirada de Hanna sobre la suya. Pero esta vez no se sintió incómoda, se sintió feliz. No dijo nada, simplemente se quedó mirándola, disfrutando de la sensación que dejaban las caricias en su mejilla.
Hanna:- Buenos días
Amanda:- Buenos días
Hanna:- ¿Has dormido bien?
Amanda:- Mejor que nuncaHaré la cama mientras Hanna desayuna, aunque realmente, no me quiero mover de aquí nunca. Quiero que esto suceda cada mañana de mi vida. ¿Qué pensará ella? ¿Pensará igual que yo? ¿Es normal que me despierte con caricias en mis mejillas, o realmente siente algo por mí? Ojalá fuese lo último.
• • •Hanna:- Hoy ya me voy
Amanda:- ¿Enserio?
Hanna:- Si, ya tengo cosas que hacer en mi casa
Amanda:- Pero aún quedan unos días para que empiece el instituto
Hanna:- Lo sé, pero tengo que limpiar y eso
Amanda:- Bueno vale, esta tarde entonces te acompañaré a la parada del autobús
Hanna:- Antes de irme tengo que hacer una cosa, pero sólo si tu quieres
Amanda:- Claro, dime
Hanna:- Vamos a tu habitación y cierra la puerta, no creo que nadie lo sepa.
Amanda cerró la puerta de la habitación mientras intentaba calmarse. No sabía lo que haría Hanna, pero le preocupaba. Su mente no estaba tranquila.Hanna sólo querrá contarte algo, tranquila, tranquila Amanda. Seguro que sólo quiere contarte algún secreto o sólo quiere gastarte una broma.
No, ella no gasta bromas. Dios, ¿qué hará? Ojalá sea lo que yo creo.