Solas

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Elisa:- Amanda, Hanna, me voy al centro con Alberto. Tenéis pizza en el congelador, volveré tarde, no me esperéis despiertas.
Amanda:- Elisa...
Elisa:- Tranquila era broma, pero enserio, vendré tarde.

Amanda cenó dificultosamente junto a Hanna, pero por suerte tenía a su amada televisión para sentirse menos agobiada. Así, por lo menos, estaba segura de que Hanna miraría la televisión y no a ella.

Hanna:- Tienes sueño ¿verdad?
Amanda:- Un poco
Hanna:- Se te ve en la cara
Amanda:- No me mires
Hanna:- ¿Por qué?
Amanda:- Porque... Me pongo nerviosa
Hanna:- Anda vamos a recoger esto y nos vamos a dormir
Amanda:- Vale

Recogieron la mesa y Amanda se encargó de deshacer su cama, de debajo de su cama se podía sacar otra y por un momento dudó en sacarla para Hanna.
Amanda:- Hanna, ¿te saco la cama de abajo?
Hanna:- ¿No íbamos a dormir juntas?
Amanda:- Si si, claro claro.
Hanna:- Si no quieres no. Tranquila
Amanda:- Claro que quiero. Quiero decir... Que si tu quieres, a mí no me molestas. Me gusta dormir contigo.

Dios la sonrisa de Hanna es la más bonita que he visto, la haré sonreír siempre que pueda.
Hanna:- Amanda
Amanda:- Dime. Lo siento, me he distraído pensando.
Hanna:- Que sólo te pido una cosa
Amanda:- Dime
Hanna:- Dejame dormir en el lado que da a la pared. Me da miedo dormir al lado de la puerta.

la tortura del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora