insomnio

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Dios, no puedo dormir, tengo frío. Pero Hanna esta durmiendo, o eso creo y no la quiero despertar para coger la manta. Se ve tan bien cuando duerme... Joder que frío

Hanna:- Amanda, hace frío, ¿puedo coger la manta o tienes calor?
Amanda:- ¿Estabas despierta?
Hanna:- No podía dormir, me muero de frío.
Amanda:- Toma la manta, se te pasará.
Hanna:- Gracias, ¿Te puedo abrazar? Así hará menos frío.
Amanda:- Claro...

Hanna sigue temblando, pero.... ¿Que puedo hacer? ¿Me giro y la abrazo?
No, así boca arriba es suficiente. Bueno, tampoco es que no quiera abrazarla.

Amanda abrazó a Hanna y sintió que ésta se pegaba más a ella y le correspondía al abrazo. Así que sin pensarlo dos veces puso su cara en el hueco del cuello de Hanna.
Amanda:- Hueles super bien.
Hanna:- ¿A qué?
Amanda:- Nose, a ti
Hanna:- ¿Y yo a qué huelo?
Amanda:- No lo sé, pero super bien

Hanna le echó una pierna por encima a Amanda, le dio un tierno beso en la frente y dejó sus labios posados allí.
Amanda sentía que el corazón no le podía ir más deprisa en ese momento, y que, a la vez, se paraba el tiempo. Amaba aquella sensación, la amaba a ella.

la tortura del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora