- Noche 2; 3 -

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La hora de la comida llega rápida y ya son las tres de la tarde cuando Jongin le dice a Kyungsoo que se despida porque deben ir a comer.

Los dos híbridos se habían hecho amigos espontáneamente, por lo que Baekhyun le pidió a Chanyeol que se reuniera con Jongin más seguido, como si eso dependiese solo de él. El auto ya esperaba afuera para trasladarlos y el humano dio una dirección larga de hacia dónde quería ir. En el viaje que duraría más o menos media hora, Jongin sentó a Kyungsoo en sus piernas y lo acurrucó como a un bebé por unos minutos para luego hablarle.

—Ahora quiero que intentes decir algo, ¿bien? —El híbrido asiente, se remueve y pasa una de sus piernas para el otro lado del asiento, quedando a horcadas de su dueño. —Quiero que te acostumbres decir algo muy fácil primero. Si y No, porque es algo básico y sé que puedes decir mucho más.

Kyungsoo escucha atento, con sus orejas gatunas esperando a que Jongin le diga qué hacer.

—Tienes que poner tu lengua tras los dientes de arriba, y tirar un poco de aire, así —Jongin le muestra con su propia boca y comienza a emitir el sonido de la S; Kyungsoo concentrado e intentando copiar la posición con su propia lengua. De seguro sabía hablar, pero los híbridos no solían para nada a hacerlo antes de tener dueño.

—Y luego para la I debes sonreír y el sonido saldrá por sí solo, ¿entiendes?

Kyungsoo asiente fervorosamente e intenta realizar lo mismo que los labios de Jongin hacen. No son más de dos intentos hasta que logra decir un correcto.

—¡Muy bien! —lo felicita, dándole un beso afectuoso en su frente. —Ahora en vez de mover la cabeza de arriba a abajo debes decir sí, ¿entendido? —Incluso él se sorprende de lo autoritaria que suena su voz, pero a Kyungsoo parece gustarle. A él también.

—¡Sí! —responde su híbrido, y Jongin se siente tan feliz que le da otro beso en el mismo lugar.

—Bien. Para un No, sin embargo, es muy distinto. Abre tu boca. —Y Kyungsoo la abre sin demorar un segundo. El hombre pone su dedo índice tocando con cuidado el principio del paladar húmedo de su gatito—. Para la N debes poner tu lengua justo aquí y hacer un sonido con tu garganta.

Y está a punto de retirar su dedo cuando los labios del chico se cierran encerrando su índice dentro de esa boca caliente. Jongin frunce sus cejas, con seriedad visiblemente fingida, moviendo su mano en un intento inútil de sacar el dedo. Aunque en realidad no quiere hacerlo. Le encantaría seguir disfrutando de la forma en que lo mira con ojos grandes mientras siente la punta de un musculo tocarlo. Y ya no es tan divertido, es seductor.

Las cosas con Kyungsoo parecen ir siempre a terminar en ese riel.

El humano deja de sonreír y se inclina como está, sentado, para esparcir besos en una parte visible del cuello de Kyungsoo. Su mano libre termina presionando la espalda baja del felino para apegarlo más a él y se sorprende de sentir la vibración de una N dentro de la boca de Kyungsoo, como un gemido.

—Ahora tienes que formar un círculo con tu boca para hacer la O —murmura en su oído, y Kyungsoo se mueve una vez contra él para acomodarse y unir los sonidos de una N con una O, los cuales liberan su índice mojado.

—No. —Susurra Kyungsoo orgulloso de sí mismo, y rebota una vez en los muslos de Jongin, haciéndolo sonreír y acalorarse en el repentinamente, sofocante lugar. Como premio, lo estruja en un abrazo tirante que tiene a Kyungsoo riendo ensoñadoramente.

—Di Jongin —pide el hombre con un tono fraternal e igual de demandante que antes. Kyungsoo abre su boca, pero la cierra arrepentido, sin emitir sonido alguno.

1 Minuto y 3 Noches; KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora