- Noche 3; 2 -

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Kyungsoo abre sus ojos en el momento exacto en que Jongin termina de estacionar el auto; el paisaje de fondo tomando toda su atención, haciendo que las puntas de sus orejas se levanten y se siente recto en el asiento.

—Justo ahora te iba a despertar— la voz de Jongin llega hasta sus oídos y el híbrido sonríe ampliamente cuando se vuelve a él.

El hombre se pregunta el porqué esa sonrisa dirigida hacia él más de diez veces durante esos dos días en vez de disminuir su efecto acaba por empeorarlo. Sus labios, la forma y color, textura y sabor; las ansias de besarlos nuevamente es grave, pero vuelve a tener los mismos pensamientos reprochables sobre aquello.

Se bajan del auto y Kyungsoo de inmediato corretea hasta su lado tomándose de su brazo. Se quedan mirando hacia adelante la playa vacía, porque la casa de playa de Jongin está en una parte específica a la que muy, realmente muy pocos conocen o acceden. El viento despeina sus cabellos e inhalan profundamente dejando a sus corazones derretirse por segundos inconcebibles.

Luego de absorber la imagen bajo los penetrantes rayos del sol sobre sus cabezas, el hombre lo dirige a la entrada de la casa —o más bien cabaña— blanca y de dos pisos. Suben los escalones de la entrada a un mismo paso y Jongin gira la llave de la puerta, abriéndola en todo su ancho para dejar entrar a su híbrido primero.

Por dentro es igual de blanca, pero no hay ninguna luz encendida y así está bien, porque se crea una sombra agradable dentro de todo el espacio, algo oscura e íntima, que podrían hacer de los dos a su paso como todo lo demás. Está cabalmente limpia y Jongin sabe que eso se debe a Chanyeol, quien probablemente envió a alguien para que la dejara lista para él, ahora ellos, cuando aceptó que se realizara el evento.

Su híbrido avanza reconociendo todo a su alrededor y cierra la puerta.

—¿Te gusta? —le pregunta alcanzándolo desde atrás y pasando un brazo por su cintura.

—M-mucho. —dice asintiendo y dándole un vistazo.

La cola de Kyungsoo está inquieta mientras le muestra las habitaciones; está emocionado, podría decir, y eso significa que efectivamente se deberán quedar algunos días más.

Por el primer piso, al entrar, se ve directamente la sala de estar con una mesa baja de cristal en el centro y sofás bajos frente a una ventana corrediza, la cual da a una pequeña terraza techada con una mesa redonda, dos sillas, y luego a la playa. También está la cocina, de un tamaño normal, mucho más pequeña que la de su mansión pero aun así espaciosa para moverse sin chocar con alguien más. De cualquier forma, amaría el que Kyungsoo tropezara contra él. Al otro lado de la casa hay una habitación grande con un baño y en el centro solo un colchón de dos plazas, pero no está armada puesto que nadie ocupa esa habitación.

Jongin insta a que deben subir por las escaleras con cuidado, puesto que por su diseño no tienen baranda y los escalones de cristal solo están pegados a la pared, pero acaba por tomarlo en brazos para prevenir cualquier accidente.

Al llegar arriba hay un espacio cuadrado que solo da a una única puerta, y al abrirla pareciera que es otra casa, muy distinta a la del primer piso; y a Kyungsoo le gusta incluso más que la otra, por la forma en que se mueve inquieto en sus brazos. Toda la pared de ancho, la cual tiene vista al mar, es de un vidrio tan pulcramente nítido que incluso regala la impresión de no existir, y que esa parte de la casa solo está abierta y no hay ventana de por medio. No hay sofás como abajo, apenas una cama extensa de sábanas rojas y almohadones negros, sin mantas ni cubrecamas, solo esas sábanas vehementes. Frente a esta un plasma y en una esquina un equipo de música.

1 Minuto y 3 Noches; KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora