III

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- ¿Y porqué corren todas las personas papi?

- Por que tratan de huir de los zombies.

- ¿Y comó se van a salvar?

- Sí son inteligentes buscaran un lugar difícil de encontrar para quien los persigue y donde puedan estar seguros mientras llega la ayuda.

La película paso a segundo plano mientras mi explicación atrapaba toda su atención y comenzó entonces un dialogo con mi hija de un tema que más adelante le sería de mucha utilidad.

- ¿Y si no llega la ayuda?

- Entonces tiene que analizar su situación y ver que es más conveniente, dejar el escondite o quedarse en el.

Sus ojos se posaron en la pantalla meditando lo que le acababa de decir, lo sabia porque no mostraba reacción alguna a lo que pasaba en la película, para después continuar con un mayor interés.

- ¿Y como puedo saber que decisión es la correcta?

- Pues, la respuesta es difícil, en situaciones tranquilas puedes analizar mejor tus opsiones, que tanto puedes soportar el estar en ese lugar, que otras opciones de escondite tienes y también los recursos con los que cuentas. Pero si la situación es complicada- entonces abrió los ojos más en señal de poner una atención apremiante en lo que estaba por decir - tus opciones se reducen y tienes que tomar una decisión que dependerá más de la suerte que de tu buen juicio.

- Entonces, si decido quedarme, pude que me encuentren o puede que no.

- Eso mismo.

- Y si decido salir puede que me atrapen como puede que encuentre un mejor refugio.

- Exacto.

- Pues que difícil.

- Pues si, por eso tienes que analizar todas tus posibilidades lo más rápido posible.

Sus lindos ojos volvieron a fijarse en la pantalla, que en esos momentos pasaba la escena de una chica corriendo siendo perseguida por unos perros que a todas luces estaban contagiados del viruz zombie.

- ¡Eimi!

- ¡Eimi!

Mi desesperación crece minuto a minuto, la desolación y ruina que me rodea llena mi mente de terribles pensamientos, ¿que paso con mi hija? ¿a dónde la llevaron? ¿sigue viva?

Veo en todas direcciones buscando alguna señal que me lleve a ella, una pista que me indique lo que sucedió con Eimi.

Un pequeño circulo de tierra removida, indica apenas el lugar donde la escondí, así que en mi desesperación me pongo a escarbar tratando de encontrarla en medio de la tierra, pero nada.

Pequeños temblores me indican que en algún lugar a la distansia esas cosas se están moviendo.

En mi mente trato de analizar todas las posibilidades, siempre descartando las más desfavorables.

- Mi hija es inteligente- me digo en voz alta- no pudieron atraparla, no le hicieron nada.

Comienzo a caminar, a moverme por todos lados, a tratar de no caer nuevamente en la desesperación.

- Un mejor escondite - de repente escucho en mi cabeza - un mejor escondite.

Estas palabras me dan una luz, buscó un mejor escondite, no se quedó esperando, actuó.

Camino a la zona donde se encontraban las ruinas, me acomodo en el hoyo que rasque y trato de imaginar la perspectiva que tendría Eimi desde ahí, imaginando los restos de la casa sobre mi. Viendo en todas direcciones intentando adivinar que camino habría tomado mi niña, que lugar habría escogido como mejor escondite.

Mis ojos se fijaron en un punto, un lugar donde apenas se distinguía un circulo de piedras.

- El pozo de Don Roque - grite casi lleno de jubilo - está debió ser su casa, como no me di cuenta antes.

En ese momento observe con terror que una sombra comenzaba a cubrirme, estaba tan atento a mis pensamientos y poniendo todos mis sentidos en encontrar a mi hija, que nunca escuche los pasos ni me fije en los temblores que estos causaban y que estaban acercándose cada vez más a mi. Al girar la cabeza me encontré a una de esas bestias, mirándome fijamente, nunca pude encontrarle los ojos es más, ni siquiera sabia exactamente donde se encontraba su cara, pero de algo estaba seguro, esa cosa me miraba, podía sentirlo en todas las células de mi piel, era algo terrible callendo sobre mi piel, sobre mis sentidos.

Al verlo me supe perdido, mi cuerpo se quedo inmóvil, mis pies se clavaron al suelo y mi mente comenzó a gritarme.

- Tan cerca - comense a decirme - tan cerca, a unos pasos de verla nuevamente, y vienes a morir aquí, frente a ella, Dios quiera y no me este viendo.

Su cuerpo se mueve, uno de sus increíbles brazos corta el aire y se dirige a mi, puedo ver su enorme garra abierta para tomarme, para destrosarme, para desaparecerme, para dejar de existir.

Sabiendome perdido cerré los ojos y me prepare para recibir mi fin.

Entonces una explosión me arrojó lejos del lugar donde me encontraba parado, cayendo por delante del pozo, me sacudi la confusión y me percate de la causa de la explosión, un avión del ejército se alejaba del monstruo después de lanzarle un misil, que me alejaría de mi cruel destino, cortando el brazo que acabaría con mi vida.

El avión comenzaba a girar para continuar con el ataque, la bestia se preparaba para responder recogiendo el brazo mutilado por la explosión y lanzandolo contra la nave de batalla.

Volviendo en mi, supe que no estaba seguro y recordando el pozo me moví hacia el, quito algunos escombros que están bloqueando la entrada, levanto la cara para alcanzar a ver como el avión logra esquivar el brazo y se dirige a la bestia, pero no dispara, nada, ni balas ni misiles, solo dirige la nave contra el cuerpo deforme - ¡kamikaze! - digo en mi interior y me arrojo dentro del pozo en el justo momento en el que el piloto estrellaba su avión en el monstruo.

Por suerte el pozo tiene agua y logra amortiguar el golpe, salgo a flote y alcanzo a escuchar el sonido de la explosión, algunos escombros comienzan a caer a mi alrededor, así que me sumerjo para tratar de cubrirme.

Bajo el agua abro los ojos y mi mente me recuerda mi propósito, vuelvo a la superficie y me doy cuenta entonces...

... estoy solo.

PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora