El cine

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Cuando entré a la casa vi a mi madre haciendo el desayuno.

-Hola ma -Dije y fui a darle un beso en la mejilla.

-Hola hija ¿Como te fue?

"Excelente, Peter me besó y ¡fue fantástico!"

-Bien... -Le sonreí.

-¿Y esa ropa? -Preguntó viendo el conjunto que Mae me había dado.

-Oh... -Volté a verla -Mi amiga me la regaló.

Sonreí al recordar que Peter me había dicho que Mae me daría ropa sin ser mi hada madrina.

-Oye... Hice hot cakes para desayunar... ¿O ya desayunaste?

-No -Negué con la cabeza.

-Bueno, siéntate y desayuna, yo me voy a preparar para ir a trabajar.

-Vale, gracias ma.

-De nada -Dijo mientras se metía a su cuarto.

***

Estuve todo el día tirada en la cama, esperaba con ansias una llamada o mensaje de Alice o Mae invitándome a su casa. Pero no llegó.

En la noche que mis padres regresaron del trabajo me regañaron por no haber limpiado la casa, así que al día siguiente me hice un chongo suelto, me puse una blusa de tirantes y un short. Puse música a todo volumen y canté y bailé mientras limpiaba.

Cuando terminé iban a ser las 6:00 pm, me tiré en el sillón a descansar. Me estaba quedando dormida cuando mi celular vibró en mi pierna, lo tomé y vi que era un mensaje de Mae.

"Hola, ¿quieres ir al cine conmigo?"

Me incorporé en el sillón. "Claro ¿a qué hora?"

"Inicia a las 7:00 pm, paso por ti en media hora."

Me bañé y me puse una blusa azul con una falda negra y unos zapatos bajos negros.

Tomé una bolsa que hacia juego con mi ropa y heché mi celular, las llaves y dinero. 

"Voy al cine con Alice, regreso como a las nueve" le escribí en una hoja a mis padres, no les dije que en realidad iría con Mae porque creo que nunca la había mencionado.

Salí a las 6:35 pm y vi el Audi plateado, aunque el auto no fue lo que delató a su conductor, sino los profundos ojos verdes que se veían claramente a pesar de que la ventana estuviera polarizada.

Mi corazón se aceleró y me metí al carro.

-¿Qué haces aquí? -pregunté confundida.

-Si, hola también. -Dijo Peter sonriéndome.

-¿Y Mae? -Pregunté viendo hacia el asiento de atrás para ver si ahí estaba.

-¿Quien dijo que iría Mae? -Preguntó sonriendo juguetonamente, jamás lo había visto sonreír así.

-Es que ella me envió el mensaje...

-¿Quien dijo que ella lo envío? -Sonrió aun más.

-¿Tu lo enviaste?

-Bueno... No tengo celular y Mae dejó el suyo en casa, creo que olvidé mencionarte que yo envíe el mensaje -Dijo arrancando por fin el auto.

Por alguna razón no le creía, sabía que no había omitido esa información por accidente.

Llegamos al cine y bajamos del Audi.

-Te ves hermosa -Sonrió y me sonroje. Mi corazón se aceleró y bajé la cabeza.

-Tu no luces tan mal -Dije poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Llevaba unos jeans, una camisa blanca y un suéter verde oscuro.

Puso su mano en mi espalda baja causándome un escalofrío, me dirigió hacia la entrada.

Compró los boletos para una película de terror, compramos palomitas grandes y un refresco para compartir. Yo quise pagar algo, pero no me dejó.

Entramos.

Yo no le había dicho que odiaba las películas de terror porque soy muy miedosa, gritaba y saltaba cada 5 segundos mientras que él se reía de mi.

-Déjame -Decía fingiendo voz de niña molesta, a lo que el respondía con más risas.

Decidí que lo más fácil era recargarme en su hombro y taparme los ojos en él en todas las escenas.

De repente sentí su cabeza sobre la mía y mi corazón se emocionó. 

Se movió hasta que me quitó de su hombro y me sentí triste al pensar que ya no quería que me recargara en él, pero no, levantó el reposa brazos y me atrajo a él con un abrazo, me recargué en su hombro, y cada que salía una escena de algún moustro deforme en la pantalla, yo giraba mi cabeza hacia su pecho y cerraba los ojos con fuerza.

Estaba tan cerca de Peter que alcanzaba a oler su aroma. No olía a perfume o a desodorante, tenía un delicioso olor, pero provenía de él.

El resto de la película pasó, y los que estaban a lado de mi parecían muy molestos porque yo no paré de gritar en todo el rato.

Salimos de la sala y vimos una tienda de helados, se me hizo agua la boca, porque aunque fuera las 8:50 pm tenía ganas de esa deliciosa cosa dulce y fría.

-¿Quieres un helado? -Me preguntó como si me hubiera leído la mente.

-Si... -Abrí mi bolso para sacar el dinero, pero Peter puso su mano sobre la mía deteniéndola. Su piel era extremadamente suave, y como ya dije, parecía no tener temperatura.

-¿Qué haces? -Era una pregunta retórica -Yo lo pago.

-¿Qué? No, esta bien, yo puedo...

-Vamos -Me interrumpió, sujetó mi mano y me llevó a la nevería.

-Buenas noches ¿Que desea? -Preguntó una mujer gordita.

-Eh... -Voltee a ver a Peter y como si hubiera leído mi mente dijo "pide lo que quieras". Sonreí y voltee a ver a la mujer de nuevo -Quiero un cono de oreo con chocolate.

Me lo sirvió y me lo dio, traté de sacar el dinero antes que Peter, pero mi mano con el helado no me ayudó mucho.

Subimos al Audi mientras le agradecía por haber pagado todo, pero el insistía en que no había problema.

Llegamos a mi casa, pero aún no terminaba mi helado, me quedé viéndolo.

-¿Qué sucede? -Preguntó Peter.

-Mis padres me van a regañar si me ven comiendo helado a esta hora.

Sonrió -¿Te ayudo?

Le devolví la sonrisa y extendí el brazo. Lo tomó y lo lamió, me lo extendió de nuevo.

-Ugh no, ya tiene tus babas -Dije con tono fresa.

Lo empujó hacia mi boca, movi la cabeza creyendo que se detendría, pero no. El helado pegó en mi mejilla. Abrí la boca en forma de O por la sorpresa, le arrebaté el cono, me acomodé y brinqué sobre él con la intención de pegarle tambien con el helado, cayó en su boca. Nos empezamos a reír, pero no me di cuenta de que estaba casi arriba de él hasta que dejamos de reírnos.

Mi cabello caía sobre su cara, lo tomó y lo puso detrás de mi oreja. Puso su mano en mi nuca y me atrajo a él.

Su beso era frío porque aún tenía el helado, pero mi lengua quitó todos los restos de éste, el hizo lo mismo con mi mejilla, si no hubiera sido por él creo que lo hubiera considerado asqueroso, pero nada que tuviera que ver con él me daba asco.

Después de unos minutos de besarnos nos separamos para tomar aire. Una especie de nubla evitaba que pensara correctamente, quería lanzarme contra él y besarlo en cada parte de su cuerpo.

-Tengo que irme -Me esforcé por decir.

-Claro... Nos vemos luego... -Dijo él acomodandose en el asiento.

-Si... Adiós... -Salí del auto y corrí hacia mi casa tan feliz como jamás lo había estado, acababa de besar apasionadamente al chico más sexy del mundo.


Peter y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora