Peter y yo

"¿Y cuándo te transformaste?"

Llegué al espacio entre la cocina y la sala y me quedé parada sin saber que hacer.

-Hola cariño, despertaste ¿como te sientes? -Me preguntó Mae saliendo de la cocina con un sándwich en la mano, no le contesté, no podía ¿ella también era vampiro? ¿Enserio me creía todo ese rollo de los vampiros? -Ten cariño... Te preparé esto -Estiró la mano.

Negué con la cabeza -No tengo hambre... Mae... -Trataba de hablar con regularidad -¿Puedes prestarme tu celular?

-Claro -Se dirigió a la sala y yo la seguí, tomó su celular de una mesita que estaba a lado del sillón y me lo dio, vi la hora, eran las 6:05 pm, había estado fuera de casa casi un día completo.

-¿Que sucede cariño? -Preguntó angustiada.

-Nada... ¿Puedes dejarme sola?

-Claro... -Trató de acariciar mi cabello, pero me alejé de ella disimuladamente. Tenía que alejarme de ellos, probablemente mi vida estaba en riesgo, aunque también lo estuvo todas las semanas que estuve yendo a esa casa, pero... Bobby parecía muy feliz ahí... ¿Sabría que son vampiros?

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en ellos. Marqué el celular de mi mamá. Mae había cerrado la puerta de la sala.

-¿Hola? -Contestó.

-¿Mamá?

-¡Kate! ¡Dios mío! ¿Dónde estás? ¡Nos tenías muy preocupados! ¡Creímos que el muchacho con el que te fuiste te secuestró...

-Mamá -La interrumpí y sentí que una lágrima resbalaba por mi mejilla -George... Él... -No pude evitarlo y rompí a llorar.

-¿Mi amor? ¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¡Contesta!

Tomé aire para tranquilizarme - Mamá...George falleció... -Volvía a romper a llorar

-¿Qué? ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿Por qué no llamaste?

-Si... Estoy bien... Y... Olvidé mi celular en casa... No podía llamar... L-Lo siento... Ya voy para allá...

-Te vienes con cuidado cariño, te amo.

-Y yo a ti...

Colgué, puse el celular sobre la mesita en la que estaba.

Salí de la casa y empecé a caminar hacia la mía.

Hacia mucho frío, y yo no llevaba ni un suéter, así que me abracé tratando de mantener el calor. De repente unas luces blancas aparecieron atrás de mi, parecía que me estaba siguiendo. Aceleré el paso y mi corazón se aceleró. Se estacionó a lado de mi y aminoré el paso volteando a ver el auto. Era un Lexus negro.

Se abrió la puerta, pero no me detuve a ver quién era pues volví a caminar rápido.

-¿Quieres que te lleve? -Me dijo una angelical voz.

-No -Dije sin detenerme ni voltear a verlo.

-Peter me dijo que ya sabes la verdad... Creo que necesitamos hablar... -Me detuve y me giré para verlo.

-¿Hablar de qué?

Sonrió -Entra y te lo diré...

Voltee a ver el oscuro camino por el que tenía que ir para llegar a mi casa y voltee a verlo a él de nuevo. Sin decir nada caminé hasta la puerta del copiloto y me metí. Me puse el cinturón mientras sentía la mirada de Ezra sobre mi.

-¿Sabes? -Me dijo -Creí que reaccionarías como Alice cuando te enteraras... Ella tenía millones de preguntas, y creyó imposible alejarse de nosotros, pero tú... Te fuiste de mi casa, y se que con la intención de jamás volver.

-No soy Alice... -Sonrió con aquella respuesta -Bueno... ¿Qué tienes que decirme? -Pregunté mientras arrancaba de nuevo.

-Primero necesito saber qué es lo que te dijo para resolver tus dudas...

-No querrás decir que en verdad son vampiros ¿No?

Sonrió y volteó a verme -¿Cuantos años crees que tengo?

-No lo se -Dije son importancia -Como 30...

Sonrió -Tenia 26 cuando me transformé... Supongo que el tiempo me hace parecer cada vez más viejo...

-¿Y cuándo te transformaste? -Pregunté aún sin creerme aun el tema de los vampiros.

-Hace... -Empezó a hacer cuentas -Creo que... Mhmm... Como 305 años... Más o menos... -Abrí los ojos de golpe -Es difícil seguir contando el tiempo...

-¿Enserio quieres que me lo crea? -Pregunté riendo un poco.

-En realidad si... Pero se que es difícil...

-¿Qué se siente morder a alguien?

Ezra se movió incómodo en el asiento. -Es... ¿Recuerdas cuando Peter te mordió la otra noche?

-Si -Dije un poco incómoda, primero por el hecho de que probablemente sabían que casi teníamos sexo y la segunda porque dijo "mordió" y aún no aceptaba aquel término.

-Es como sentir eso, pero muchísimo mejor y más intenso.

Me pareció imposible creerle, pues lo que las mordidas me habían hecho sentir era lo más increíble del universo, y no podía haber mejor sensación que ser mordido. ¡Mírenme! Ya hablo de vampiros como si fueran cosa de todos los días.

-¿Cómo se transformaron todos? ¿Alice y Milo también son.... Vampiros?

Asintió respondiéndome mi segunda pregunta -Peter, Jack y Milo se transformaron para salvar sus vidas, Mae... -Apretó el volante con fuerza -Por decisión propia al igual que Alice... Yo... Bueno... A mi me obligaron...

-¿Qué? ¿Quién?

-Eso te lo contaré en otro momento... -Se detuvo, volteé a ver mi ventanilla y vi mi casa, estaba tan metida en aquel tema que no cuenta me había dado de aquel recorrido.

-Gracias por traerme -Bajé del Lexus, entré a la casa, y nisiquiera tuve tiempo de reaccionar, hasta que me di cuenta de que tenía a mi mamá rodeandome con un abrazo.

-Hola ma...

-¡Estaba tan preocupada!

-Lo se... No pude llamar antes... Lo siento...

-¿Qué pasó?

Caminamos a mi cuarto y nos sentamos en mi cama.

-George y yo íbamos caminando... -¿Qué le iba a decir? -Y... Un ladrón de acercó a nosotros... Él lo enfrentó y el ladrón lo mató... -Empecé a llorar -No pude despedirme de él.

-Lo lamento tanto cariño -Me abrazó y empecé a llorar en su hombro.

Cuando dejé de llorar me di un baño rápido y me puse la pijama. A las 7:30 pm ya estaba en la cama a punto de dormir.

Vibró mi celular y lo tomé. Era un mensaje de un número desconocido.

~Descansa, por favor... No decidas dejar de vernos.

Tenía que ser Peter, sino Ezra, pero más probablemente Peter, aunque Peter no tenia celular... No contesté y me dormí.

Al día siguiente me quedé toda la mañana en la cama hasta que vibró de nuevo mi celular.

~Paso por ti en 20 minutos

~¿Por qué? ~Respondí como si supiera quien me enviaba los mensajes.

~Vamos a salir, verás que no estás en ningún peligro...

Salí de la cama, me vestí, me maquillé, sin saber quién era la persona que enviaba los mensajes, por alguna razón no me asustaba averiguarlo. Salí de la casa esperando ver a alguien, y así fue, lo vi recargado en su auto, cruzado de brazos, esperándome.