George

548 48 4
                                    

Cuando desperté mi mamá me llevó chocolate caliente a la cama y se sentó mientras yo me lo tomaba.

-¿Ahora si me vas a decir por qué estuviste todo el día afuera? -Dijo ella con voz molesta.

-Es que... Me sentía mal... Me dolía la cabeza... Y me quedé dormida... Y... Se me fue el tiempo... -Mentí ¿Qué iba a decirle? ¿Qué casi tengo sexo con el chico más sexy del mundo? ¿O que me drogó y no se que me hizo?

-Desbiste llamar...

-Te envíe mensajes -Volví a mentir.

-Lo se... Pero por alguna razón no creí que fueras tu...

-Lo siento... No vuelvo a hacerlo... De hecho... No creo volver a esa casa...

-¿Por qué? -Preguntó con el entrecejo fruncido.

-¿Recuerdas a Peter? ¿El chico sexy de ojos verdes? -Asintió -Bueno... Creí que le gustaba... Pero no... -Mis ojos se llenaron de lágrimas -Me dijo cosas horribles...

-Lo lamento cariño -Se sentó a mi lado y me abrazó.

Pasaron varios días, yo seguía llorando en las noches al recordar sus besos y caricias en mi cuerpo, odiaba saber que me encantaban, y odiaba desearlas de nuevo.

Cuando pasó la semana me di cuenta que ni Mae ni Alice me habían escrito nada ¿Ellos sabrían que Peter sólo me utilizó? 

Decidí salir a algún lugar. Me bañé, me cambié y maquillé y fui a una cafetería que quedaba a dos calles de mi casa.

Me senté en una de las sillas y pedí café y Waffles. Mientras esperaba mi pedido un atractivo chico rubio se paró a lado de la mesa en la que yo estaba.

-Disculpa ¿Puedo sentarme? -Dijo.

-Ehm... Si... -Mi respuesta pareció más una pregunta.

Se sentó enfrente de mi y extendió la mano -Me llamo George...

Tomé su mano -Un placer...

Llegó mi café y mi desayuno. La mesera le preguntó a George si quería algo, y él pidió lo mismo que yo.

-Disculpa... No oí tu nombre -Dijo mientras me veía comer.

-No te lo dije -Tenia la boca llena, me era muy extraño que un desconocido me hablara, tal vez era un pedofilo (pues parecía tener 25 años) Así que traté de ser lo más descortés y cochina posible.

Sonrió -¿Me lo puedes decir?

-¿Para qué lo quieres saber?-Entrecerré los ojos.

Hizo una media sonrisa -No lo quiero saber... Sólo espero que no te moleste que te diga Angel...

-¿Y por que me llamarías Angel? -Tragué la comida que estaba masticando.

-Porque eres tan bella como uno.

Me sonrojé sin poder evitarlo, bajé la cabeza para que no se diera cuenta, pero al perecer si lo hizo ya que soltó una carcajada.

-¿Te gustaría ir al cine cuando termines de comer? -Me preguntó cuando llegó su comida.

-No.

-Uy... Ok... -Sonrió tristemente -¿Qué te gusta hacer?

-Nada que a ti te interese...

-Lo entiendo Angel, un chico sexy se acerca a ti, no sabes que intenciones tiene... Está bien, sólo necesito que sepas que jamás le haría daño a un Angel.

Voltee a verlo con la ceja levantada y se rió -Bueno... Al menos no a uno tan lindo como tu.

Puse los ojos en blanco fingiendo que no sabía que estaba sonrojada.

Terminamos de comer y George se me quedó viendo.

-¿Qué? -Me incomodaba que me viera, no porque me viera como un pervertido, sino por que me veía como si no hubiera algo más hermoso que yo.

-¿Te incómoda que te vea? 

¿Me leía la mente o que?

 -No -Me puse de pie para irme, pero George también se puso de pie y se colocó frente a mi bloqueando el camino.

-¿Quieres ir a algún lado?

-Si -El rostro de George se iluminó -Quiero ir a la barra a pagar la cuenta, y me estorbas.

-¿Si yo lo pago aceptarías comer conmigo?

-Acabo de comer -Traté de pasar a lado de él, pero se movió bloqueando de nuevo el camino.

-Me refiero en la tarde... Ahora son las 9:30 de la mañana...

Me di cuenta de que todos nos estaban viendo -¿Si acepto me dejas en paz?

Sonrió -Al menos hasta la tarde que te vea...

-¡Bien! -Justo cuando lo dije se hizo a un lado, le pagué a la mesera y me dirigí a la puerta.

-¡Angel! -Gritó George antes de que saliera. Di media vuelta y lo vi en la barra pagando lo que él había consumido -Nos vemos en el restaurante "La pizza feliz" a las 3:30

Puse los ojos en blanco y sonreí.

Salí de la cafetería y me dirigí de nuevo a mi casa. Limpie un poco y decidí ir de compras. 

Compré unos jeans ajustados y una blusa negra que tenía dibujado el cuerpo de "She Hulk". Decidí que eso llevaría a la cita, no... A la comida con George.

Cuando llegué lo vi sentado en la mesa del centro. Cuando me vio se puso de pie sonriendo.

-Creí que no vendrías -Dijo mientras movía la silla para que me sentara.

-Si... Yo también... -Mentí, desde que había salido de la cafetería no había dejado de pensar en aquello.

Ordenamos una pizza mediana de pepperoni. Con dos rebanadas me llené, pero George... Él se terminó todo lo que sobraba.

-¿Cómo te entra todo eso? -Pregunté sorprendida.

Rió -¿por qué lo dices?

-¡Estás muy flaco! No hay manera de que te entre la pizza...

-Gracias, a los hombres también nos gusta que nos digan que estamos delgados -Movió su cabello con orgullo, pero después se acomodó en el asiento -¿A ti te gusta que los hombres estemos flacos o musculosos?

-¿Por qué lo preguntas?

-Por que sabría si necesito quedarme como estoy o si necesito meterme al gimnasio...

Reí y el sonrió al escuchar mi risa.

-¿Cuantos años tienes? -Pregunté.

-¡Wow! -George extendió las manos enfrente de él mostrándome las palmas, como si me indicara que me detuviera -Vamos muy rápido ¿no crees?

Puse los ojos en blanco, sabía a lo que se refería.

Sonrió -¿Por qué yo te tengo que dar información de mi? Tu ni siquiera me has dicho tu nombre... A menos que... -Alzó una ceja -¿Te gusta que te llame Angel? ¿Es por eso que no me has dicho tu nombre?

Volví a poner los ojos en blanco. -Me llamo Kate...

Sonrió -Tengo 24 años...

-¿Por qué te acercaste a mi? -Le pregunté -En la cafetería...

-Ya te lo dije Angel, eres hermosa...

-¿Si fuera fea no te hubieras acercado?

Sonrió -¿Si yo fuera feo hubieras aceptado la cita? 

-¿Quien dijo que no eres feo?

Alzó los hombros -Aceptaste mi cita ¿No?

-No es una cita... Sólo estamos comiendo...

Sonrió -Velo como quieras Angel...



Peter y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora