Bajo la piel

Altiva

La barbilla en alto. Los ojos por encima de los hombros de cualquiera. La mirada siempre altiva, poderosa, dominante. Ella estaba acostumbrada a caminar con seguridad, a elegir con seguridad y a pensar con seguridad.

Porque si flaqueaba, si dudaba, si se detenía a mostrar un poco de su lado sensible a los demás... ellos se aprovecharían. Todos lo hacían en algún momento, no importaba la careta ni las formas que adoptaran.

Anthea siempre supo que vivía en un mundo dónde debía aprender a ser cazador, si no quería terminar por ser presa de alguien más... sin embargo, en aquel momento, cada vez que pasaba por delante de la puerta de ese viejo cuarto, habitado por alguien a quien siempre le habían enseñado a odiar... 

Sentía su estómago retorserce.

Y luego, cuando escuchaba el sutil tarareo de una canción, o un ligero sollozo quebrado en el aire...

Ella quería, por primera vez, bajar la mirada siempre altiva y extender una mano en el aire.