Nunca me sueltes.

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La noche contuvo su silencio, formando así, un hermoso momento donde las reglas eran mantenerse unidos, amándonos, olvidando la agobiante realidad.

-Nico -Moviendo su gran pecho.

Nico respondió con débiles balbuceos dándome la espalda.

-Nico, tenemos que volver, se enojarán conmigo.

-El único que se enojará aquí soy yo si no me dejas dormir.

-¡Nicolas! -Grité enojado.

Él volteó rápidamente, me miró fijamente, lucia despeinado, los ojos bien abiertos, perlados por el sueño que anteriormente lo aprisionaba.

-¿Qué pasó? -Preguntó inocente.

-Nico, sabes que no avise nada de esto... me matarán cuando llegue a casa.

Bajé la cabeza, por un momento había olvidado la tormentosa realidad donde Nico se alejaba de mí, donde peleaba constantemente con todo, con todos...

-Dani, antes de que esa bella sonrisa se vaya, no olvides que estoy para ti.

-Eso lo sé, pero... No creo poder, me siento débil, más si tengo que enfrentar todo solo.

-¡Es que no es así! -Gritó Nico--. Yo ahora estoy contigo, y no debes de dudarlo, juntos como tú habías dicho.

-Eres lo mejor que me ha pasado, pero, no sé porque te fijas en mí, no tengo nada para darte, lo único notable en mí son mis asquerosas cicatrices -Llenándose mis ojos de lágrimas.

-Son lo que te hacen especial, cada una, eres tú, simplemente, me enamoré de lo mejor que este mundo podía ofrecerme, a un chico que no me miente, y que sabe animarme a luchar por él.

Nico me beso, agarró mi cara, lentamente se fue acercando, Todavía no me acostumbraba a esa sensación de sentirlo demasiado cerca, mis labios siempre se mantenían estáticos, en mi se desarrollaba un sentimiento de rabia al tenerlos así, y pensar ¿Él lo disfrutará tanto como yo? Seguro ha tenido mejores...

*

Subimos a la camioneta, nos encaminamos de nuevo a la ciudad.

-Nico, hay algo que no te he dicho y me dolería y me duele decirte pero... creo que es momento de confiar.

-Dale, sabes que estoy aquí para ti -Tomándome de la mano.

-Cuando era pequeño las cosas en mi hogar no fueron las mejores, recuerdo que mi madre murió, mi padre siempre llegaba y sin ninguna extraña razón me golpeaba -Las lágrimas empezaron a salir.

Me cubrí la cara con las manos, el dolor  era demasiado grande, no comprendía el poder del pasado sobre mi. 

-Tengo ganas de morir ahora mismo, no siento que sea capaz de algo mas, todos lo notan en mi, soy el fallo de todo, mi actitud molesta a todos, mírame bien, ¿Qué bueno hay en mi? Nada, siempre a sido así, nada cambió no cambiará, además, ¿porque debería hacerlo?

-Solo hay algo por lo que debería cambiar, y es porque yo te amo, porque yo te necesito, te amo demasiado, no quiero perderte, eres mi mundo.

-Nico, yo te decepcionaré, siempre lo he hecho.

-No Dani no es así.

-Mátame, necesito dejar de molestarte, mátame, quiero que seas tu el que le ponga final a mi horrible historia.

-¡Nunca lo haré! -Dijo Nicolás llorando.

¿Llorando? Si, yo lo provoque, yo no me lo perdonaría, solo lo estaba haciendo sufrir, era la primera vez que veía que el lloraba y mas por mi...

Tenue resplandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora