Con alma & corazón «Grand Theft Auto V»

Michael

Millonario. Atractivo. Padre de familia. ¿Que mas podía Michael pedir?

Amor. Eso era lo que le faltaba en su vida. Con una hija de una personalidad "única", un hijo de un carácter "sofisticado" y una esposa poco cariñosa, Michael de alguna forma u otra la pasaba bien (y no, no me refiero a ir a un prostíbulo, si no mas bien, con todo el dinero que un millonario (ex ladrón) puede disfrutar)

Pero Amanda, ella siempre estará presente en el de una manera u otra aunque no demuestre sus sentimientos de abiertamente, el sabia que en el fondo ella siempre lo amó.

—¿A donde? —preguntó incrédulo el padre de familia.

—Strawberry, Los Santos. —pronunció Tracey de una manera desagradable.

—¿Acaso te vas a prostituir o que? —dijo casi gruñendo.

—¿¡Ya una no puede hacer nada!? —la rubia gritó y se fue corriendo a su habitación.

—¡Tracey! ¡Tracey! ¡Te estoy hablando jovencita! —gritó tratando de que su hija se detenga.

Michael suspiró, levantó la vista y ahí estaba ella, castaña de talla mediana con unos ojos verdes retadores mirándolo fijamente. Amanda de Santa. La ex prostituta cual se enamoro de un ladrón inexperto hace años en North Yankton.

—Déjala que ella aprenda de sus errores, ella siempre volverá con nosotros —pronunció lentamente.

—¿Te parece bien que ella salga como zorra de segunda en la calle? Si una vez fue a ese estúpido programa de televisión audicionando con un baile erótico... ¿¡Te parece bien!? ¿eh? ¡Acaso quieres que tu hija sea igual a ti! ¡Pues me vale mierda! —gritó. Los ojos de Amanda se tornaron rojos, las lagrimas empezaron a salir poco a poco. Michael agachó la mirada y suspiró.

—Yo nunca quise escoger ese camino. Si lo hice fue por necesidad, pero creo que algo en mi me hizo cambiar de opinión. Y creo que eso fuiste tu.

Michael alzó la mirada y se encontró con los ojos verdes aguados de su atractiva esposa.

—Quiza pensé en un momento que esto seria pasajero. —siguió—. Que eras un simple cliente, que nunca volvería a verte pero algo en ti me atrajo desde esa noche en la cual viniste. Yo tuve suerte. Te tuve a ti y pude salir de esa mierda. Ella nos tiene a nosotros, en cada error nosotros estaremos ahí. —los ojos de Amanda empezaron a tornarse rojos otra vez—. Quizá no soy la mejor madre y esposa, y no permitirá que mi hija cometa la misma babosada que yo cometí.

—Amanda...

—Todo fue gracias a ti Michael y quiero que sepas que porque no lo digo, no significa que no lo sienta. —dijo acercándose a la puerta—. En serio te amo. —sonrió y se fue.