Tú fuiste quien me enseñó aquel juego tonto de pedir un deseo con el 'cigarro de la suerte', y desde entonces te juro que, paquete tras paquete, no he dejado de pedirte a ti.
Frase II.
Tú fuiste quien me enseñó aquel juego tonto de pedir un deseo con el 'cigarro de la suerte', y desde entonces te juro que, paquete tras paquete, no he dejado de pedirte a ti.