When Our Cars Collide

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Todos los días nos encontramos en nuestro camino con un gran número de personas. Es muy probable que no volvamos a ver a la mayoría de ellas, de manera que acaban convirtiéndose en una mera parte del borroso paisaje que nos acompaña allá donde vayamos. Rodea a todo aquello en lo que sí nos fijamos y por lo que nos preocupamos, nos deja cercados en un mundo incomprensible. No obstante, existe una pequeña posibilidad de que, entre esta nube confusa, en este baile de caras desconocidas, nos topemos con alguien especial. Alguien que, para bien o para mal, haga tambalear nuestra verdad. Y, si la suerte se posiciona de nuestra parte, si el destino se cansa de reírse y de jugar, si ambos nos brindan una oportunidad para salir adelante, la vida se nos pondrá panza arriba, todo se removerá y nada volverá a ser lo mismo.

Sin embargo, no debemos permitirnos recurrir en el error de olvidar a un pequeño grupo de este escenario cambiante que se empeña en viajar con nosotros. Este estará compuesto por personas que ya conocemos o, que al menos, creemos hacerlo, pues la realidad es que nunca podremos conocer a los demás en su totalidad. Todos tenemos secretos que tratamos de ocultar. Los guardamos en un oscuro y olvidado rincón de nuestra mente, asustados del daño que causarían en caso de que llegaran a escapar.

Esto es lo que hay: somos humanos, egoístas y amables. Sabemos lo que queremos y, aun así, nos cuesta averiguar cómo conseguirlo. Vivimos aterrorizados no solo de nuestro propio potencial, sino también del de los demás. Formamos sociedades a la vez que nos ignoramos, nos dañamos, a veces nos queremos... Pero, sobre todo, colisionamos.

- S. M. A.



((pausada))Where stories live. Discover now