Sueña con el Despertar

Capítulo 4

N

o dije nada, solo me quede viendo esos elegantes pasos alejarse de mí. Guarde mis cuadernos en mi bolso y voy corriendo a la salida de la escuela, a lo lejos puedo ver a mis compañeros de antes ¿Qué dirían si se acordaran de mí y me vieran? Veo a mis compañeros actuales y me pregunto si es capricho del mundo que este aquí.

Voy a un lugar donde menos personas me puedan ver y me siento en un banquito. Ya han pasado diez minutos y el colegio está prácticamente vacío, sin estudiantes a excepción de mí. El auto negro de Lied frena ante mí y sale See para abrir la puerta de atrás. Le doy las gracias a See y entro.

Dentro no estaba Lied, en el auto solo esta See para mí fortuna. Realmente estoy cansada luego de este extraño día en el colegio. Tal vez sean sospechas mías, pero en el colegio se siente un aire muy denso y me cuesta respirar un poco. See no habla mucho, solo lo hace con Lied y es para cosas muy puntuales, no entablo conversación con él en todo el trayecto.

Llegamos a la morada de mi amo más rápido de lo que esperaba. Salgo del auto y me voy directamente a mi cuarto, no detallé la sala ni las escaleras, solo subí al primer piso y me encerré en mi habitación. Deje el bolso en la puerta, para oír si alguien la abría. Me quite el uniforme y me puse un vestido corto color verde, además de esta prenda habían muchas otras, pero esta estaba más a la mano. Doblé el uniforme y lo guardé.

Desde hace mucho soñaba con lanzarme a una cama como en una película, así que lo intente y me estire todo lo que puede para tratar de relajarme, me quede en la cama pensando. Todo lo que me pasó hoy fue muy extraño y todo fue tan rápido que pareció un sueño. Todos los del colegio me trataron como si fuera invisible, además no puedo dejar de pensar que todos son unos engreídos, mal educados, escoria en general, a excepción de Kiel y Stefany. Es que la atmosfera del colegio me pone nerviosa, los sentimientos que afloran en mí no son normales, me ponen a la defensiva, como si estuviera en peligro. El jardín fue el único lugar donde me relaje además Kiel fue tan amable. Cuando hable con él fue muy amable y su voz tan cálida parecía sincera, no me olvidaré de ella fácilmente. Sé que él es un vampiro porque su símbolo es la rosa roja, eso me asusta.

Cuando era niña mi madre me contaba historias como si fueran cuentos de hadas. Me enseñó que los vampiros antes eran una sola familia dirigida por Drácula pero, como este era muy mujeriego tuvo muchos hijos, tanto así, que solo él no podía controlarlos. Para evitar este problema decidió formar cuatro familias, en cada una de estas habría un príncipe al mando. Drácula escogió a sus primeros hijos, los cuatro sangre pura, para que cada uno se ocupara de cada familia. A cada uno se le entregó una rosa de diferente color. Los colores eran negros, blancos, azules y rojos. Estas rosas se convertirían en sus símbolos para siempre. La única regla que se les dio fue, ¨solo las cabezas de estas familias podrán portar las rosas¨ y así seria y así será.

Si es cierto que estoy tratando con los cabecillas de estas familias es muy peligroso, no debo confiar en ninguno, mucho menos en la rosa negra y roja. Las historias que me contaba mi madre eran ciertas, además recuerdo que una vez me dijo que estas familias se odiaban y siempre vivían unos alejados de los otros. Pero en el colegio los cuatro estaban juntos.

Ya es hora de salir a conocer un poco más mi linda prisión. A pesar de que estoy en peligro no tengo otra opción que quedarme aquí, es casi inútil tratar de escapar por mi cuenta y en tal caso que lo lograra no tendría a donde ir. Me levanto de la cama y busco unas zapatillas para que queden bien con el vestido verde. Salgo de la habitación y camino por el pasillo, bajo las escaleras y voy hacia la cocina. De la nada See aparece frente a mí y me indica que lo siga. See camina muy lento y no me dice a donde vamos. Pasamos por lo que creo es la sala, esta es muy grande, tiene un gran mueble y un televisor pantalla plana.