Después de una jornada de trabajo, mientras escuchabas música en el metro, camino a casa, recordaste súbitamente lo que éste día rememoraba: tu nacimiento.
Realmente tu semana había sido una locura y el día anterior, uno como cualquier otro, por eso habías olvidado dicho acontecimiento.
La noche anterior tu y tu novio tuvieron la misma rutina de siempre. Luego de cenar, ordenar un poco y bañarse, se acostaron y el sueño no tardó en llegar. Es más, Ludwig cayó dormido casi inmediatamente y tú lo seguiste rápidamente.Por la mañana, al despertar, Ludwig ya se había ido y no te había llamado para desayunar, lo que era un poco raro, ya que todos los días se levantaban una hora y media antes para desayunar juntos. Asumiste que se quedó dormido o algo así.
Mientras salías de la estación, rumbo a casa, pensabas qué podrían comer.
No esperabas demasiado de Ludwig, puesto que -generalmente- no era uno de esos hombres que te esperan a la salida del trabajo con un ramo de flores y organizan románticas salidas o preparan el dormitorio con tenue luz de velas, pétalos de rosas y música romántica. Nop. Ludwig era uno de esos hombres con los que te acostumbras a cenar tranquilos en casa, a salir muy de vez en cuando y a no esperar mucho romance.Tú habías hecho las compras esta semana, por lo que sabías que la alacena y la heladera estaban completas.
¿Carne al horno? ¿Pasta? ¿Alguna comida típica de tu país, quizás? O tal vez, un buen delivery. Y así podrían pedir helado también.Al caminar por la frías calles berlinesas pensabas en Ludwig, tu amado alemán. Perfección en vida, eso representaba Ludwig, aunque algunas veces te gustaría pulir un poco su perfección.
No te molestaría de vez en cuando recibir una flor o bombones, tampoco que prepare algo romántico para ambos por iniciativa propia, ni que te escribiese una carta de amor... Pero una vez más, ese no sería Ludwig.
Él demostraba su adoración hacia ti de otras formas que también apreciabas muchísimo -con fidelidad, lealtad, protección, respeto, sumo cariño estando en privado y demás- pero, como toda mujer, necesitabas algo de romanticismo de vez en cuando.Llegaste a la puerta del viejo apartamento que ambos compartían en Mitte con pizza en la cabeza, cuando sentiste un delicioso e intenso aroma fluyendo bajo la puerta hacia tus fosas nasales... Acaso ¿Ludwig estaba cocinando? ¿Se había acordado de tu cumpleaños y estaba cocinándote? Aunque no era raro que Ludwig cocine, lo hacía a menudo y como los dioses -como muchas otras cosas.
Metiste tu llave en la cerradura y abriste la puerta lentamente para ver a tu alemán de espaldas, removiendo con una cuchara de madera el aromático contenido de una humeante cacerola que reconociste inmediatamente: Eisbein.¡Ludwig se veía tan lindo! Estaba usando ese delantal rosa bebé tuyo y bajo este, una camisa gris y pantalones negros. Estaba bastante absorto en su tarea, por lo que no te escuchó entrar y cerrar sigilosamente la puerta. Te acercaste lo más silenciosa y lentamente posible a él, hasta quedar a centímetros suyo e inspiraste profundamente, dejando salir un sonoro suspiro de placer, encantada.
Cumpliste tu objetivo y Ludwig se dio la vuelta, sobresaltado, viéndote con grandes y sorprendidos ojos azules."L-linda... ¿Qué haces aquí?"
Ludwig se percató de que aún llevaba puesto el femenino delantal y se lo quitó violentamente, arrojándolo sobre la mesada de acero inoxidable. Sonreiste suavemente, mirándolo a los ojos.
"Hoy salí temprano. ¿Qué estas cocinando, Lud?"
"Eisbein."
"Um, ¿alguna ocasión especial, hoy?"
"Alles Liebe zum Geburtstag,"En ese momento, tu sonrisa se formó de oreja a oreja, por supuesto que Ludwig recordó tu cumpleaños, ¿cómo pudiste dudarlo?
Ludwig dio un paso adelante acabó con el espacio entre ambos y te estrechó firmemente en sus brazos, agachando su cabeza un poco para besar dulcemente tu cabello.
Casi te derretiste en sus brazos, apoyada en su pecho y tus miembros se volvieron gelatina frente a su ternura, pero sorprendentemente seguiste en pie cuando el abrazo terminó, al cabo de interminables segundos. Tocaste su bello rostro con una de tus manos, suavemente trayéndolo hacia ti para besarlo.
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Feliz cumpleaños, amor
Fiksi PenggemarLudwig prepara algo especial para vos en tu cumpleaños.