Capitulo 28

446 38 6
                                    

Narra Vegetta

Primer día ¡Qué nervios!

Entre al colegio bastante temprano, pero igualmente ya habían llegado otras personas antes que se encontraban abrazándose alegres y hablaban sobre lo felices que eran por reencontrarse con sus amigos ¡Qué envidia! Pero pensándolo bien yo quería hablar con Willy ¿Dónde estará?

Narra Willy

Esto es horrible. Odio el colegio. Levantarse temprano, leer textos aburridos y resolver ecuaciones... Ah...

Llevo un rato esperando en la puerta, pero aún no veo ni a Alex, ni Staxx, ni Mangel. Me dejan aquí botado como si uno fuera aquí cualquier cosa.

Esperen. Ese es... Mierda.

Me lance a un arbusto lo más rápido que pude al notar que Vegetta comenzaba a acercarse. Vale, me porto como gilipollas ¿No se supone que ya lo supere? ¿Qué hago escondiéndome?

Una vez que se alejo al fin pude salir de ese incomodo lugar.

-Willy-me llamo Alex por detrás-¿Acabas de salir de un arbusto?-me sonroje.

-Cla-claro q-que no ¿Cómo se te ocurre que yo haría semejante tontería?-reí o más bien resople, que se yo.

-Si tu lo dices-es obvio que no me cree.

-¿Y por qué demonios llegan tan tarde?-pregunte mientras ibamos a los casilleros.

-No llegamos tarde, tu llegaste muy temprano.

-No es cierto yo llegue a la hora de siempre.

-Bueno mejor no discutir sobre eso-dijo Frank-Debemos irnos sino llegaremos tarde a clase.

-Dejo mis cosas y vamos-dije acercándome a mi casillero. Al abrirlo vi como un pequeño sobre morado caía a mis pies. Al levantarlo todos esos recuerdos me volvieron a la mente y en un arranque de ira rompí en miles de pedacitos aquel horrible papel que tantos líos me había provocado.

Pare, pero aún tenía los ojos fijos en aquellos papeles ahora tirados en el suelo.

-¿Willy?-se me acerco Alex trayéndome de vuelta a la realidad.

-Yo...lo siento-dije sin saber porqué.

-¿Estas bien?

No supe que responder. Sólo atine a mirar a Frank que estaba con los ojos fijos en la carta destrozada y al igual que a mi Alex lo saco de su ensoñación.

Este es uno de los momentos más raros de los que he vivido.

Continuamos nuestro camino rumbo al salón en absoluto silencio cuando una duda se alojo en mi cabeza.

-¿Quién fue?

De inmediato mis dos amigos voltearon a verme extrañados.

-¿Quién fue qué?-pregunto Frank.

-El que escribió la carta.

Ambos se miraron entre temerosos y preocupados.

-¿A qué te refieres?

-Digo, es obvio que Vegetta no escribió esa carta, pero entonces ¿quién fue?

Empalidecieron de golpe como si hubieran visto un fantasma.

-P-pues q-quien s-sabe-tartamudeo Alex-pu-pudo ser cu-cualquiera.

-Sí-apoyo Frank-A-ademas que-que importa ahora, no?

Ambos rieron nerviosos. Estos dos me están ocultando algo, pero tienen razón ¿de qué me serviría saber quién escribió la carta ahora?

-Aún así...

Me ama?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora