Es increible ver como en tan poco tiempo puedes llegar a odiar a una persona con todas tus fuerzas, pero es más increible todavía saber que antes la habías querido.
No sabría ni como expresarme en estos momentos, las lagrimas corren por mis mejillas y ya no me doy ni cuenta. Ahora lo pienso todo más detenidamente y me doy cuenta de que todo el mundo tiene cartas para hacerme daño y yo no tengo ninguna para poder protegerme. Estoy sola en este juego de locos en el que se que la única que va a terminar realmente mal soy yo. Y ya no se si me da igual o realmente me afecta, supongo que me afecta porque sino, no estaría escribiendo este texto que había empezado con la finalidad desahogarme y lo único que consigo, és acordarme más de todos mis problemas. He llegado a la conclusión de que lo mejor es callarse, aguantarlo todo por dentro, no contarselo a nadie, porque después todos tienen cartas para atacarte y tu quedas desprotegido, solo, y tus únicas amigas son las lagrimas que no dejan de caer.