Caminaba, corría. Se escondía. Hermione sabía que él la estaba buscando y que no pararía hasta conseguir lo que quisiera. A su derecha vio una puerta. Era pequeña, por lo que no debía ser una clase. Trató de abrirla pero estaba cerrada. Sin pensárselo dos veces sacó su varita.
-Alohomora- susurró, y al instante la puerta se abrió. Entró y la cerró de nuevo. Uso un hechizo silenciador y se sentó en una esquina. Miró a su alrededor. Era una habitación pequeña y estaba completamente vacía. Si no estuviera en aquella situación, Hermione habría empezado a divagar acerca de para que se utilizaría. De repente, la puerta se abrió y la chica empalideció. Era él. Era Malfoy. La había encontrado.