Hermione se despertó antes de que sonará el despertador, muerta de nervios. Se duchó y se vistió, dejando su falda perfectamente lisa y su jersey sin una sola pelusa. Desayunó con sus padres y volvió a repasar que no se dejaba nada. Faltaban dos horas para las once, y ella estaba más que lista. Decidió leer los libros del colegio para hacer tiempo. Libros que se sabía prácticamente de memoria ya.
Al cabo de una hora, decidió que era hora de ir saliendo de casa. Se despidió de sus padres y se fue hacia la estación. Cuando era más pequeña, sus padres la acompañaban hasta allí y esperaban a que el tren se fuera, pero desde el año pasado Hermione les dijo que no hacia falta.
Al llegar allí, saco los billetes y busco a sus amigos con la mirada. Vio unas cuantas cabezas pelirrojas y supo que les encontraría allí. Así fue. Su mejor amigo Harry estaba con la familia Weasley.
- ¡Hermione! - corearon a la vez los gemelos Weasley.
- ¡Hola chicos! - dijo la chica mientras iba saludando a los miembros de aquella gran familia.
- ¡Mione! - gritaron Harry y Ron justo antes de abrazarla con tanta fuerza que pensó que perdería el conocimiento.
- Chi-chos.. ¡Soltadme! -dijo Hermione entre risas.- ¿Qué tal el verano? ¿Listos para el nuevo curso?
- El verano genial, aunque mejor si hubiera durado algo más... - dijo Harry entre risas y mirando a Ginny.- Nuestro último año... Parece mentira...
- ¡De los mejores de mi vida! - dijo Ron.- He hecho tantas cosas, hacía tanto tiempo que no me sentía tan bien... Hasta anoche cuando recordé que se acababa lo bueno... - miró a su amiga divertido.- Aunque bueno, para ti empieza ahora lo bueno, ¿verdad Hermione?
- Que gracioso Ronald. Mi verano ha ido bien también, gracias por preocuparte y la verdad es qu...
- ¡Mirad a quien tenemos aquí! ¡A Potter, Weasley y su amiguita la sangre sucia! -dijo una voz burlona. Una voz que el trío de oro conocía muy bien.
- Malfoy... ¡No te atrevas a llamarla así! -gritó Ron, acercándose al chico rubio.
- Mirad como defiende a su novia. A su asquerosa novia. - dijo una voz irritante.
- No es mi novio, ¿asquerosa yo? No soy yo la que va acostándose con todo lo que se mueve Parkinson.- dijo una Hermione enfadada.
- ¿Cómo te dignas siquiera a dirigirme la palabra sangre sucia? -dijo Pansy haciendo una mueca de asco.
- Vámonos de aquí, no soporto estar cerca de una impura tanto tiempo. - secundó un asqueado Draco.
Cuando por fin se fueron, Ron y Harry se aseguraron de que su amiga estuviera bien. Ya no le afectaban tanto aquellos insultos como los primeros años, pero sabían que no era agradable para ella.
- Estoy bien chicos tranquilos, subamos al tren, hay que coger buen vagón.
Hermione soportaba bien a Draco y a su pandilla, pero se había olvidado de ellos durante los meses de verano, y era duro volver a la rutina, a esa rutina.
Draco y sus amigos entraron al tren con aires de superioridad, como era habitual en ellos. Buscaron un vagón que les gustara, echaron a los niños de segundo curso que ya se habían acomodado en él, y se sentaron.
"Asquerosa sangre sucia" pensó Malfoy. "¿Cómo podía ser tan inaguantable? ¿Ir tan de sabelotodo siempre? Como si se creyera superior a él. Él, un sangre pura, siempre estaría por encima de ella. Y como llevaba el uniforme, tan inaguantablemente perfecto. Aquella falda, cuidadosamente planchada. Que se ajustaba a sus curvas, y le hacía un cuerpo en el que jamás se había fijado. ¡¿Qué estoy haciendo?! ¿Cómo he podido si quiera fijarme en su cuerpo?"
- Voy al baño un momento.- dijo Draco, más seco de lo normal. Se levantó y fue al baño. Se mojo las manos y la cara. ¿Por qué estaba pensando en ella? ¿Y por qué le estaba dando tantas vueltas? "Es normal" se dijo así mismo. "Aunque sea una impura, es una mujer, puede tener buen cuerpo. Simplemente me he fijado. No significa que tenga que sentir ningún tipo de atracción hacia ella." Mucho más tranquilo, salió del baño para volver a su vagón, pero al salir choco con algo, más bien con alguien.
- ¡Auch! - se quejó Hermione.- Perdona, iba despista... -Al levantar la cabeza y encontrarse con aquellos ojos grises que tanto la habían despreciado, cambió su tono de voz.- Malfoy.
- Granger. - dijo respondiendo en el mismo tono.- A ver si miramos por donde vamos. He visto a ratas más cuidadosas que tu.- escupió el chico.
- Lo que tu digas Malfoy, lo que tu digas.. - dijo Hermione, empezando a andar de nuevo.
- ¡Oye! ¡Disculpate ahora mismo! ¡Y yo te diré cuando puedes irte! - gritó Draco.
- Lo llevas claro. - dijo Hermione, sin ni siquiera darse la vuelta.
Malfoy abrió la boca para decir algo, pero no le salieron palabras. ¿Cómo osaba a darle la espalda? ¿Se creía que podía tratarle como quisiera? Iba a tener que enseñarle modales a aquella sangre sucia, ya fuera por las "buenas", o por las malas. Sonrío maliciosamente al pensar cual iba a ser su distracción aquel año, y siguió su camino.