Capitulo 1

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"El chico nuevo es muy hermoso para ser niño."

El ruido que se colaba por la rendija de la puerta a media noche despertó al pequeño Sehun, tallando sus ojos se sentó sobre la cama e intento mirar hacia fuera, parpadeo un poco por la luz que le lastimaba y finalmente puso atención a aquellos sonidos. Su rostro se tornó triste, podía reconocer un par de voces, aunque debería estar feliz de escuchar a su padre regresar del trabajo, no le gustó lo que escuchaba, su madre se encontraba llorando.

Si bien, su padre nunca la había golpeado o humillado, al contrario, era un hombre mayor, muy alto y delgado, amaba a su mujer como a ninguna otra, a pesar de ser una época donde las muestras de afecto no eran tan comunes, siempre en la privacidad de su hogar le abrazaba y le decía cuanto la amaba; a Sehun siempre le cuido y cuando no trabajaba, que aunque eran pocas veces, siempre le dedicaba tiempo para jugar con él, salir a pescar o simplemente platicar de cómo han ido sus días.

El pecho de Sehun se sentía pesado y tan pronto confirmó era de él quien hablaban al escuchar su nombre, las lágrimas brotaron de sus ojos, se giró sobre la cama y cubrió hasta la cabeza con las cobijas mientras tapaba sus oídos, no quería escuchar esa discusión, su familia era perfecta, sus padres eran perfectos, el problema, era él, Sehun siempre sería un problema para sus padres. Quería desaparecer en ese instante, no soportaba saber que la causa de que su madre llorara, siempre fuera él, cerró sus ojos apretándolos fuertemente intentando detener que las lágrimas continuaran mojando su rostro, intentando volver a dormir, tal vez tratando de olvidar el dolor en su pecho y esas palabras que se le habían clavado en el fondo, las palabras que cargaría con él todos los días de su vida.


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Después del largo viaje, finalmente ahí estaba, tomado de la mano de su madre camino a lo que sería su nueva escuela, tan pronto como llegaron a la provincia le fue a dejar para que ella prosiguiera con papeleo de lo que sería su nuevo hogar. Aun no sabía dónde viviría, ni que tan lejos quedaba, pero eso no le preocupaba, en su cabeza solo podía recordar momentos antes; como las sonrisas de su madre eran falsas, le recordaban que en realidad estaba sufriendo por su culpa, ya no quería darle más dolor, quería evitarlo aun si esto significaba dejar de hablar con los demás, aislarse del mundo; pero por alguna razón no estaba funcionando con el pequeño Chanyeol. Este se le pegaba a todos lados que iba, se sentía de alguna manera muy cómodo a su lado, a pesar que Sehun pensara lo contrario. Tal vez por su corta edad no entendía lo que Sehun intentaba decirle con respecto a él, que no hablaba de su altura, todo él se desarrollaba más lento; era como cuando Sehun cumplía cinco años, apenas podía hablar, caminar y dependía demasiado de su madre, lucia como un bebe de dos años. Y ahora que tenía dieciséis, lucia como de ocho años, parecido a Chanyeol.

Como en todos lados, las cosas diferentes asustan a el resto de las personas, ya lo había vivido, el rechazo de las madres de la ciudad y como alejaban a sus hijos diciéndoles que no se juntaran con él. Sehun podía superarlo, pero el ver que su madre sufría por eso, era algo que ya no podía tolerar.

A la hora del almuerzo caminó buscando un lugar tranquilo, no había nadie que le dijese un límite el cual no podía cruzar fuera de la escuela, aprovechando esto cruzo el camino que lucía más alejado de la civilización, no tuvo que caminar mucho, el pueblo era relativamente chico y con unos cuantos pasos ya se encontraba fuera; todo lo que podía ver era una cabaña abandonada, no lo pensó dos veces y rápidamente ya se encontraba ahí.

Tal vez para otras personas sería una casa vieja, oscura y fría, por su estado, a nadie le importaba; Pero para Sehun, era un lugar hermoso, se sentó bajo la sombra que esta le regalaba, desde su lugar vislumbraba un panorama conformado por el pueblo y el amplio campo verde que lucía especialmente vivo en ese solitario lugar, todo rodeado de grandes árboles. Si cerraba sus ojos, alcanzaba a escuchar el rio que cruzaba el pueblo de un extremo a otro, las cigarras emitiendo ese característico sonido cuando buscan a su pareja, los animales moviéndose entre la yerba. Pero el viento, ese viento que rozaba su cara tan suavemente, era lo mejor de todo. Al abrir sus ojos vio un par de perros adentrarse por los altos pastizales y le resultó gracioso ver solamente sus colas menearse y perderse a lo lejos, una sonrisa se dibujó en sus labios, dejándose caer sobre el pasto.

[Pausada] Síndrome ~ ChanHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora