5. ¡¿Qué te gusta Harry?!

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- ¡Harry! - dije aún sorprendida - Vamos, tienes que cambiarte, estamos en pleno invierno no puedes estar así en la calle - lo empujé hacia mi coche -.

- ¿Y tus clases?

Por estas cosas me gusta tenerlo todo controlado. Es horrible cuando algo sale de mis planes. Absolutamente horrible.

- Mis clases... Toma mis llaves, ve a tu casa y cambíate, y por favor, ven a recogerme con mi coche a las dos y media.

- Gracias Dakota, muchas gracias.

- Creo que no eres tú el que debería dar las gracias

Dije antes de darme cuenta de que ya se había ido y suspiré.





- Buenos días a todas, y a Pete - todas reímos ante el comentario de la señora Tracewell.

Pete era el único chico en esta clase y a pesar de que el pobre chico era un amor, todas nos reíamos con él por ello.

La clase pasaba cada minuto más lenta, a pesar de que Pete estuviera a mi lado haciendo aquello más ameno. Skyler se fue a mitad de la clase porque su madre iba a dar a luz a sus hermanos gemelos. Al principio me hacía ilusión por ella, y por la sencilla razón de que adoro a los bebés, pero a medida que pasaba la estúpida clase deseaba que no se hubiera ido.

Para cuando el timbre sonó por fín y logré salir de la maldita clase, las tres arpías estaban en la puerta de esta con algo nuevo entre manos:

- Si tenéis algo que decir coma hacer coma graznar, por favor, que sea breve.

- ¿Perdona? ¿Quién te piensas que eres?

- Alguien que no va robando bolsas de ropa y tirando agua a la gente.

- Pobrecita, se ha enfadado - apreté mis puños y me mordí la lengua para evitar perder los paleles -.

- En absoluto, solo trato de mantenerme alejada de gente como tú y tus dos amiguitas, que parecen mudas.

Las tres me pusieron sus peores caras y salieron de allí echando humo por las orejas. Me sentía bastante orgullosa de mí por aquello y aún sigo haciéndolo. Pero pensar que aún me quedaban cuatro clases más me agotaba.

En la última clase, Skyler apareció cual ángel caído del cielo para mí y la clase pasó volando. La invité a comer a casa cuando salimos de la universidad y para mi sorpresa, aceptó. Pensé que querría estar con su familia, pero aunque suene un poco egoísta, me alegré de que no fuera así. Mientras esperabamos a Harry le advertí del tremendo desorden de mi casa y se rió asegurando que nada igualaba a su habitación.

- ¡Ahí está Harry! - señaló Skyler corriendo hacia mi coche con mucho más entusiasmo del que yo esperaba -.

- Buenas señoritas, ¿a dónde? - dijo el muy tonto poniendo voz de taxista sexy -.

- Esa voz no te hace agraciado, creeme - reí -.

Conduje yo y mientras llevaba a Harry a su casa observé por el rabillo del ojo su cara. Una cara que no sabía como interpretar, pero que no era de felicidad.

- Hemos llegado a su destino - dije imitando a Harry anteriormente, tratando de evadir el frío ambiente en el coche -.

- Gracias - bajó él del coche bruscamente - Adiós Skyler.

A Skyler se le iluminaron los ojos y él estaba raro, raro de cojones. Aunque pueda sonar de lo más estúpido nunca pensé que podría ver a alguien tan alegre como Harry actuando de esa manera.

-- ¿Me... disculpas? Tengo que darle las gracias por salvarme de esas arpías antes - sonreí -.

- Claro - dijo ella forzando una pequeña sonrisa -.

Salí del coche poniéndome la cazadora y traté de alcanzar a Harry lo más rápido posible:

- ¡Harry! - grité con fuerza - ¡Harry, para! - grité aún más fuerte -.

- ¡Qué! - gritó -.

Me asusté muchísimo al verlo de esa forma y por un momento olvidé como articular palabra, pero me logré contar hasta diez para tranquilizarme.

- ¿Qué pasa? ¿Qué te pasa Harry?

- ¿Qué me pasa Dakota?

- Estás... ¿furioso?

- No lo estoy, son muchas cosas - dijo, lo típico, alcé una ceja - entre las que está que tenía pensado pasar el resto del día contigo como los últimos dos días...

- ¿En serio? - reí enternecida - Oh Harry, me alegro de que te agrade mi presencia tanto como a mí la tuya - reí de nuevo sin poder contenerme - pero tampoco podemos pasar todo el tiempo juntos, aunque no sería algo malo - sonrío - Pero mañana podemos pasar el día viendo películas y comiendo porquerías si quieres, lo prometo

- No... No entiendes... No es eso, aunque acepto la oferta

- Vale (?) - sonreí divertida -.

- No, de hecho, no vale. Posiblemente vaya a cometer un error pero soy una persona impulsiva y necesito comprobar sentimientos despertados así que, no me mates.

Cuando quise poner mi mejor cara desconcertada, me encontré pegada a los labios de Harry como una lapa. Era una sensación agradable porque había olvidado cómo sabía un beso, pero debía pararlo:

- Harry, Harry, Harry.

- Dakota, Dakota, Dakota.

- Harry, ¿qué...? ¿Estos son tus sentimientos despertados? ¿YO soy tus sentimientos despertados? Harry yo... Yo tengo que decir que te quiero, aunque parezca mentira porque ni si quiera llevamos juntos una semana, te aprecio. Pero no de esa manera. Supongo que no soy tan impulsiva y que mis sentimientos no se despiertan tan rápido como los tuyos pero, es lo que tengo para darte, y no puedo darte más - suspiré -.

- Vale - dijo él cortante -.

- Quizás, si me esperas, un poco más adelante - traté de sonreír sin muchas esperanzas de que la mueca de mi cara se pareciera en algo a una sonrisa -.

Por fín después de un buen rato sonrió y yo respiré aliviada. Le dí un abrazo y volví corriendo al coche:

- Siento la tardanza, Harry ya había andado muchas calles y me perdí tratando de buscarlo - dije poniendo en marcha el coche -.

- No hay problema - dijo sonriente -.

Conduje lo más rápido que pude hasta mi apartamento tratando de evitar pensamientos sobre la última escena con Harry.

- Bueno, esta es mi cueva - dije soltando las llaves en la mesa -.

Las dos reímos y después de ello ambas nos pusimos manos a la obra con la comida. Por suerte para mí ya había salido a hacer la compra el anterior día. Decidimos hacer pizza en vez de pedirla, y lo pasamos tremendamente bien:

- Mírate - le dije a Skyler y aprovechando que estaba echando un vistazo a su ropa, le tiré lo que quedaba de masa de pizza sin utilizar -.

- Serás... - rió lanzandomela de vuelta - ¿cuánto le queda en el horno a la pizza?

- Poco, solo dos minutos más - dije apoyandome en la encimera mientras miraba el reloj en silencio - Y... Listo. Coge aquel guante y saca la bandeja cuando abra esta cosa.

Las dos nos sentamos a la mesa y empezamos a comer como cerdos:

- ¿Y bien? ¿Qué tal el parto de tu madre?

- Difícil, pero tanto ella como los gemelos están bien ahora, son preciosos. Pero, ¿podemos hablar de otra cosa?

- Oh claro, lo siento - una vez más, metí la pata - bueno, Harry me ha dicho que también vas a sus clases, chica, haces de todo - rió y ella se sonrojó una vez más al oírme hablar de Harry - ¿qué te pasa?

- A ver, es que... Confío en ti y creo que eres la única persona decente de mis clases de modelaje y te has convertido en mi amiga así que, confío en ti, más te vale no hacerme dudar - suspiró - Es que... Harry, me gusta - se tapó la cara con las manos -.

- ¡¿Que te gusta Harry?! - dije tragandome inmediatamente la comida -.



I think I should press delete - ( Harry Styles )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora