"Hey" besó mi mejilla y se sentó en su sitio de siempre.
Sonreí mirando mi vaso de café, sintiendo aún el tacto de sus labios contra mi piel.
"Hola" murmuré "¿Qué querías decirme el otro día?" pregunté, aunque en el fondo prefería no saberlo.
Carraspeó y sacó una servilleta pintarrajeada del bolsillo del pantalón.
"He preparado mi gran discurso"
"No se te dan bien los grandes discursos"
"Sh, no me interrumpas" su rostro cogió una expresión solemne, que a mí me resultaba graciosa, empezó a leer de la servilleta y de vez en cuando sus ojos se conectaban con los míos "Lea, quiero que sepas que, en este corto tiempo que hemos estado juntos, te has convertido en una persona muy importante para mí. No digo que no vayamos a pasar más tiempo juntos, obviamente no te desharás de mí tan fácilmente. Eres la persona más borde, antipática, malhumorada, gruñona..."
"Sí, bueno, puedes saltarte esa parte."
"NO ME INTERRUMPAS" hizo puchero "Ahora no sé por dónde iba... Ah, ya. Pero además de todo eso, he podido conocer otras partes de ti que me han demostrado tu lado vulnerable."
Enarqué una ceja.
"¿Vulnerable?"
Asintió.
"Ajá. Eres divertida, sincera y leal, y, en el fondo, sé que cuanto más te conozca, más unido a ti me sentiré. En resumen, no me arrepiento de haberme acercado a ti en esta misma cafetería tiempo atrás." Sonrió ampliamente.
"¿Has terminado tu gran discurso?"
Hizo una mueca.
"¿Te parece poco? Me he estrujado los sesos para escribirlo. Me ha costado sangre, sudor y lágrimas y tú sólo- Oh"
Apreté mi abrazo alrededor de su cuerpo mientras sentía sus brazos rodear el mío.
"Gracias por haber aparecido en mi vida, Michael" susurré, aunque no pareció oírme.
Nos separamos y tomó mi cara entre sus manos.
"Eres la mejor amiga del mundo."
Nunca antes había odiado tanto las palabras 'mejor amiga'.
Tragué saliva y me esforcé por aflojar el nudo de mi garganta.
"Tú no eres el mejor, pero no estás mal."
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m.c. <Michael Clifford>
Fanfiction"¿Qué buscas en un hombre entonces?" "A ti no" -Michael Clifford-