Capítulo 1.

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-Anda, Blade, todo estará bien. Solamente entras al gimnasio, preguntas por alguien que de clases de Box o kickboxing, le preguntas cuánto cobrará por sus honorarios, en qué días entrenaras y a que horas y ya, punto... Oh, oh, casi se me olvida, y preocura que sea un bombón  y ...- decía mi amiga, veía como movía sus labios rojizos gracias al labial, desde que salimos de mi departamento, es de lo único que ha hablado, se nota que ella esta muchísimo más entusiasmada que yo.

-Las cosas no soy tan... fáciles, Sky.

-¿Fáciles?, ¡Dios mío Blade!, veelo desde mi perspectiva, ¡Matarás a dos pájaros de un sólo tiro!.

-¿Matar a dos pájaros de un sólo tiro?.- repetí sus palabras. ¿A qué se refería?. Todavía no entendía como podría hablar tan rápidamente y manejar a la misma vez.

-Es obvio, tontita.- frunci mi ceño al escuchar el adjetivo.- Estarás en el gimnasio para aprender defensa personal... pero, todo el mundo sabe que en los gimnasios de Los Ángeles están los tíos más buenos y además con el cuerpazo que tienes... ufff, caerán a tus pies.- alejó su mirada del camino, y volteó a verme con una sonrisa parecida al del gato de Alicia en el país de las maravillas.

-No creo que sea buena ide...

-¡LLEGAMOS!.- chillo y sentí como frenaba de golpe mi queridísima amiga.

Voltee hacía la ventana que estaba a lado de mi y vi un gran edificio viejo, con un enorme cartel que decía "Wildest GYM", el edificio se veía muy deteriorado, tiene una gran puerta negra que creo que era (es) de acero en medio, sus viejas paredes grises le daban un toque... atemorizante.

Voltee a ver a mi acompañante aterrada.

-Sky... Skylar, creo que te equivocaste de lugar.

-Es este, querida.- mi boca se abrió por completo, la cerré y carraspee, así quitándome el nudo que tenía en mi garganta. Skylar no era capaz de traerme a este lugar estando en sus cabales.

-Yo... olvida la idea de las clases de Box y kickboxing, yo no entrenare en este lugar y en ninguno.- estaba decidida, por primera vez no le haría caso a las súplicas de mi mejor amiga.-Vámonos.

-Demasiado tarde.- vi como se acercaba a mi y me quitaba el cinturón de seguridad y abría rápidamente la puerta... y al final, me dio un fuerte empujón que hizo que prácticamente saliera del auto, y con la puerta abierta, arrancó, segundos después vi como la puerta se cerro de golpe, dejándome tirada en el piso, enfrente del gran y atemorizante edificio.

-Vaya amiga que tengo.- murmure para mi misma. Me levanté y me sacudi los desgastados jeans que llevaba, camine insegura hacía la puerta del lugar, había un letrero que decía "Cerrado" No dudé en darme media vuelta e irme, pero un resonante ruido me lo impidió, provenía de adentro del lugar.

No quería averiguar por cuál era la razón de tal ruido, pero mi curiosidad me volvió a ganar, como muchas veces anteriormente. Con mis temblorosas manos, abrí la puerta, tuve que hacer un gran esfuerzo, ya que la puerta pesaba (pesa), pero para mi mala suerte, se encontraba sin llave, entre y todo estaba bien iluminado, pareciera que aquí hubiera gente, claramente estaba decorada por cosas típicas de gimnasios, pero sin ninguna alma en pena, el lugar se encontraba vacío.

Fuertes y duros golpes se escuchaban al fondo, llamando mi atención, divague por la primera estancia, en busca de algún ser vivo que provocará tales ruidos, pero fue en vano, volví a caminar hasta llegar a una puerta donde los ruidos se hacían más fuertes, creo que de ahí provenían.

Abrí la puerta y aquella habitación se encontraba a casi a oscuras, por lo que había visto, la habitación está era un almacén ya que en ella se encontraban cajas, varias columnas de casilleros, y material del gimnasio (sacos, máquinas, bancas, etc), la única luz que había era la de una lámpara que estaba en el techo que la luz que daba era muy opaca, a esta le ayudaba los rayos del sol que provenían de la ventana que se encontraba cerca, ahora los golpes se escuchaban más fuerte. Empecé a caminar cautelosamente y a visualizar el lugar, entre más caminaba se escuchan más de cerca los ruidos... hasta que me quede estática en mi lugar.

Guillermo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora