Nuestras miradas chocaron y rápidamente yo la aparte y mire a cada uno de las personas que se encontraba ahí, todos tenían una chica a lado o arriba de él, excepto uno, un hombre de tez aperlada, castaño con barba y ojos cafeses, por cierto, muy atractivo, este tenía un cigarro que lo sostenía con las punta de sus dedos, poco a poco el fuego consumía el cigarro mientras él miraba fijamente el celular.
-Camaradas, ella es Blade, mi...- se calló de golpe y todos, absolutamente todos nos miraban atentos. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
-Soy su amiga.- solté su mano.- Un gusto.- los miré a todos por igual, excepto al hombre de la primera vez, él se encontraba susurrandole cosas a la mujer que tenía encima mientras esta reía raramente.
-Qué milagro que traes una chica, Jonny.- uno de los hombres se rió y Jonathan solamente posó una leve sonrisa.
-Vamos, sientala, Jonathan, no hacemos daño.- dijo otro y varios rieron.
-¿Otro chiste, Mike?.- dijo serio sentándose y dejando un espacio.- Siéntete, Blade.- dio pequeñas palmadas al lugar vacío, obedecí.
Los demás hablaban de temas de peleas, supongo que de la pelea que estaban a punto de ver, excepto del desconocido, así le puse ya que todos se presentaron, hasta la mujer que el desconocido tenía en sus piernas pero él no, se mantenía callado mientras fumaba y miraba directamente hacia la pelea.
Llegó un tipo alto, rubio, medio fortachón un poco alterado, diciendo que "Navel" los necesita, rápidamente la mayoría se levantó sin decir ni una palabra.
Jonathan se acercó al hombre que no tenía a ninguna tipa encima y charlaron un poco y se despidieron con un saludo: palmada y choque de puños, después se acercó a mí.-Blade, tal vez no regrese pero le pedí a mi amigo que si me podía hacer el favor de estar contigo hasta que se termine la pelea y después dejarte a tu casa. Es buena gente, confía en él y perdóname por abandonarte, Blade, te prometo que te lo compensaré.- y con esto, se fue con los demás hombres que faltaban de irse, solamente quedaron el desconocido, su acompañante y el amigo de Jonathan, las demás mujeres se fueron. Qué incómodo.
-Hola... Mi nombre es Samuel.- me sobresalté ya que miraba directamente hacia la pelea. Voltee y miré al castaño con una leve sonrisa.
-Soy Blade, amiga de Jonathan.- extendí mi mano para estrechar nuestras manos y por lo dicho así fue, él sonrió levemente, mostrando sus blancos dientes. Una sonrisa perfecta para un hombre perfecto.
-Sí, lo sé, debes de ser una amiga muy especial, Blade.- dijo en un tono gracioso el "muy" y dio una calada, volteó hacia su izquierda y expulsó el humo.
Sonríe y después reí por la manera en que lo dijo pero desgraciadamente el humo entró por mi boca y nariz y empecé a toser.
-Perdón, perdón, perdón... No fue mi intención.- decía con nerviosismo.-Estoy tan acostumbrado a estar con personas como yo que...- calló de golpe y tiró lo poco que sobraba de cigarro.
-No te preocupes, está bien, tranquilo, no moriré.
Sonrió mientras acomoda su cabello y miraba hacia el suelo mientras pisaba los restos del cigarro. Extiende su mano hacia mi y yo lo miro dudosa.
-¿Quieres que te acompañe?- pregunte sin entender muy bien hacia donde ibamos. Él asintió levemente y acerco mas su mano, la tomé sin dudar mucho y antes de que él me impulsara hacia arriba miré al desconocido y su acompañante que se encontraban muy sumidos en su mundo.
Nos abrimos paso entre la gente que vitoreaba la pelea que se llevaba acabo, Samuel jamás soltando mi mano mientras caminabamos. Llegamos a un punto donde no había demasiada gente y él me invitó a sentarme en una mesa que estaba cerca, en las manos tenía dos botellas que eran de cerveza. Me dió una y después se sentó a mi lado tomando un sorbo y hablando sobre todo el ruido de las personas.
-Esta sera una pregunta estupida pero, ¿vienes seguido por acá? ¿O te acabas de mudar y conociste a Jonny y te invitó? Porqué nunca te había visto por aquí, digo no es que conozca a toda la ciudad pero soy muy sociable y me gusta conversar con las personas y pensé que si tu vivías por aquí, siendo tan bonita, te habría visto por alguna parte y no me refiero a que...- y Samuel siguio hablando sin dejar que le respondiera, para ser honesta era divertido verlo responderse a si mismo mientras alargaba el tema más de lo necesario. Cuando se dio cuenta que lo miraba sin saber que responder paro de hablar y comenzo a disculparse.- Perdona, yo suelo hablar mucho y no sé cuando detenerme hasta que me doy cuenta que he hablado mucho.
Reí por el tono que había dicho sus disculpas.
-Tranquilo, está bien... Me gusta escuchar.
-Sí, sí... Pero tú también debes hablar, no sólo yo... Por cierto, ¿no te diste cuenta cuando Guillermo te miraba?- dio un sorbo a su cerveza y sacó una cajetilla de cigarros y la tiró al piso ya que esta no tenía nada de contenido.
-¿Guillermo? ¿Quién es?.- rápidamente me vino a la mente él, el desconocido.
-Mi mejor amigo, el tipo que tenía a Thania en su piernas.
-Oh...
-No entiendo qué le ve de lindo a Thania, esa chica... simplemente no es buena.
-Supongo que nadie de los que están aquí es bueno, Samuel.- Samuel pasó su mirada sobre mí, pude notar como su rostro se tensó un poco y sonrió falsamente.
-Sí, tienes razón.- volvió a tomar de su bebida.- Ya es tarde, vámonos.- sacó su billetera y dejó unos cuentos billetes, tomó mi mano y caminó conmigo sin decirme nada.
No sabía qué decirle, claramente lo había arruinado todo. Caminamos en silencio hasta la salida del lugar, el ruido del lugar ya no se escuchaba tanto.
-Samuel... lo que dije... fue generalmente... ¿acaso no ves a la gente que hay ahí?
-Sí, claro. Sabes, no deberías juzgar a un libro por su portada.- sacó las llaves del bolsillo de su jeans y apretó un botón, las luces de un carro deportivo rojo se encendieron. Caminó hacia él, hice lo mismo.
-Lo sé pero... olvidalo Samuel... Sólo disculpame por eso.- dije mientras me subía al carro.
-Te disculpo si aceptas que yo sea tu entrenador personal.- ¿Mi qué?, oh dios...
-¿Cómo... cómo sabes eso?.- tartamudee, solamente Sky lo sabía y Jonathan... oh, Jonathan.
-Jonathan me lo dijo, dijo que estabas en busca de uno, así que... aquí tienes a uno de los mejores entrenadores de Los Ángeles, Blade.- sonrió y arrancó el auto.
Sonreí.
-Está bien....- y con esto bastó para él hablara todo el camino sobre cómo iban hacer los entrenamientos, me gustaba como se veía él, tan entusiasmado y feliz. Claramente durante la plática le dije en dónde vivía.
-Mañana empezamos, Blade, a las 5, odio la impuntualidad.- se estacionó enfrente del edificio en donde Skylar y yo vivíamos.
-Sí, señor.- hice un ademán de militar, él río y yo salí del auto.
-Ten, toma.- sacó un pequeño papelito y una pluma debajo de su asiento, anotó algo en él y me lo dio.- Si necesitas algo, sólo llama.
-Gracias, Samuel.- le sonreí.- Cuídate, gracias por traerme y por ofrecerte a ser mi entrenador.
-Es un placer.- me di media vuelta y caminé directo hacia la puerta del edificio. Antes de entrar al edificio, voltee al auto, y Samuel me saludó con la mano y arrancó.
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Guillermo.
Fanfiction"-Lo siento.- susurró y quitó mi mano de su mejilla delicadamente. Me miró, su mirada transmitía miles de emociones, que al verlo, no podía más, la tristeza me invadió y consigo las lágrimas. Se dio media vuelta y salió por aquella puerta, rompiendo...